20/9/13

El derecho a decidir es un eslogan oportunista que producen malestar intelectual y hasta físico porque oscuramente se percibe una oscura trampa

"La escritora Cristina Peri Rossi, en un artículo en El Mundo, considera que "hay eslóganes tan oportunistas que producen malestar intelectual y hasta físico porque oscuramente se percibe una oscura trampa".

 "En teoría ¿qué ciudadano, qué persona no defenderá el derecho a decidir? Es tan de perogrullo que hasta ahora a nadie se le había ocurrido reivindicarlo, de ahí su éxito. Sin embargo, en cuanto profundizamos, advertimos su trampa", indica."

"En primer lugar, no existen los absolutos. Si bien en teoría todos estamos de acuerdo en el derecho individual a decidir, está limitado por el pacto social, político y por el sentido común. Puedo decidir si me visto de gris o de rosado, siempre que tenga prendas de ambos colores; porque si estoy en la mayor de las pobrezas y sólo tengo uno gris, no podré decidir", compara.

Peri Rossi recuerda que "por el momento, la Constitución española no reconoce el derecho a la escisión, y me temo que ninguna constitución del mundo lo reconozca. El derecho a decidir está circunscripto a muy pocos asuntos, como corresponde a cualquier sociedad democrática y esos asuntos son de carácter general, no particular".

"En cuanto a los sentimientos, no son contradictorios ni excluyentes. Se puede amar a una o a varias personas, objetos, cosas, ideas y sueños. Pero tienen una característica: son individuales, aunque varias personas los experimenten. El sentimiento de nacionalismo alemán llevó a Hitler al poder en elecciones no fraudulentas. ¿O fue el sentimiento de odio hacia los judíos, socialistas, gitanos y homosexuales, considerados culpables de la terrible crisis económica?", concluye"               (e-notícies, 20/09/2013)

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