"¿Qué habría ocurrido si Juan Carlos Gafo, a la sazón director adjunto de
la Marca España, hubiera escrito el pasado viernes en Twitter, tras
contemplar la pitada al himno nacional español en la ceremonia inaugural
de los Mundiales de Natación, «Independentistas catalanes de mierda,
no se merecen nada», en vez de escribir, como realmente escribió,
«Catalanes de mierda, no se merecen nada»?
¿Habría sido destituido
igualmente de su cargo por el ministro García Margallo? ¿Se habría
armado la que se armó? Quién sabe. El insulto habría seguido estando,
sin duda, fuera de lugar, pero por lo menos habría dejado al margen a
la mayor parte de los catalanes –aunque no, cierto es, a los que, aun
siendo independentistas, no habían ni hubieran participado en la
pitada–.
En cualquier caso, y más allá de la contención que cabe exigir a
todo cargo público, el problema de esa clase de expansiones está
siempre en la sinécdoque. Como con el famoso «Espanya ens roba» que los
diputados de la fenecida Solidaritat per la Independència Uriel Bertran y
Alfons López Tena usaban cada dos por tres en el Parlamento de Cataluña
durante la anterior legislatura y que la presidenta de la Cámara, Núria
de Gispert, a instancias del entonces subgrupo de Ciutadans, les
conminó a abandonar. Que España les robe a los catalanes es, ante todo,
un imposible lógico.(...)
En España no hay más ladrones con mayúscula que los implicados en las
tramas Gürtel y de los ERE, los Bárcenas, los Millet, las fundaciones
vinculadas a CIU, o los evasores de impuestos. O sea, unos cuantos
ciudadanos –demasiados en todo caso– que roban a la inmensa mayoría. Ni
hay más catalanes de mierda –demasiados en todo caso– que los que no
sienten el mínimo respeto por los símbolos del conjunto de los
españoles." (Xavier Pericay, 22/07/2013)
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