"Nuestro marco mental actual ha sido dirigido y establecido por un
personaje siniestro para la convivencia como ha sido y es Jordi Pujol, y
ha sido desarrollado por los diferentes líderes nacionalistas durante casi 40 años con gran maestría.
No le negaremos al enfermo mental la intensidad de sus obsesiones y las
consecuencias del seguidismo de las mismas. Este esquema de
pensamiento, básico y pueril, se basa en dos premisas fáciles de
entender:
1) Cataluña es una nación milenaria pacífica invadida por los malvados colonizadores españoles que no nos dejan desarrollarnos como pueblo.
2) Cataluña es una nación emprendedora que podría ser más rica si no fuera por el parasitismo español decadente.
Y estos dos conceptos se adornan con una simbología atrayente basada
en la lengua, las múltiples formas de la bandera, el folklore, el Barça y
otros variados elementos que configuran una realidad absolutamente
monocolor.
Todo ello apoyado por una maraña de asociaciones
multidisciplinares hipersubvencionadas que encuentran en unos medios de
comunicación completamente dependientes del poder de turno y una escuela
pensada para el adoctrinamiento, las vías más adecuadas para imponer una visión única de una realidad, pese a todo, asombrosamente plural.
No olvidemos tampoco el trabajo en sentido contrario basado en el
desprestigio y la anulación sectaria del malvado enemigo español y toda
la simbología que lo acompaña.
Todo esto ha ido calando como una persistente lluvia fina en la
conciencia colectiva catalana y en un momento como el actual de grave
crisis económica e institucional ha salido a la luz en forma de masas
uniformadas deseosas de llegar a su paraíso de 72 vírgenes.
Y en Madrid
se han sorprendido ante la envergadura de la situación y se debaten
entre la autoflagelación tan típica de nuestra nación o la imposición
legal y militar que, como antes explicaba, no aporta nada a la batalla
de las ideas que más tarde o más temprano es la que se lleva el gato al
agua. (...)
Sea como sea, cada vez se hace más evidente que somos los
propios catalanes que no comulgamos con el totalitarismo del
nacionalismo y su componente racista y clasista los que debemos coger la
sartén por el mango y cambiar las tornas de esta trágica situación.
Para
ello debemos acometer la batalla por el marco mental de la población
sin más dilación. Hay que reconocer el gran trabajo hecho por parte de
Ciudadanos, desde su nacimiento en 2006, para desmontar el mito
nacionalista, pero sin la sociedad civil, sin la implicación de la parte
no subvencionada de la sociedad, esta lucha está sentenciada y no a
favor del logos precisamente.
Aún estamos a tiempo si somos capaces de dar la vuelta a sus patéticos eufemismos.
De esta manera, no son independentistas, son separatistas, ¿por un país
de todos, escuela en catalán o por una escuela de todos educación
bilingüe? ¿Derecho a decidir, o derecho a dividir? ¿Nacionalismo de
izquierdas u oxímoron alejado de la verdad? ¿Solidaridad o racismo?
¿Deseos de libertad o justificación para el sometimiento? ¿Igualdad o
defensa de los privilegios? ¿Superioridad catalana o racismo
hispanófobo? ¿La bandera separatista que anula al 50% o más de la
población está bien vista pero la bandera española constitucional que no
excluye a nadie es fascista? ¿Catalanismo es guay y españolismo es
facha? (...)
Únicamente desentrañando sus mantras forjados a fuego durante años,
desenmascarando la maldad de sus afirmaciones categóricas y por tanto
ganando la batalla de los esquemas mentales en los que se juega la
partida política podremos plantar cara a esta deriva de enajenación de
la masa de impredecibles consecuencias.
O espabilamos en crear
alternativas, en generar ideas y dejar de remar en el río dispuesto
maquiavélicamente por el excluyente y sectario nacionalismo orgánico o el escenario que nos prepara el neofeudalismo separatista es el de preparar las maletas,
al menos los que no lo tenemos nada fácil para ser y ejercer como
disidentes. Ya no vale mirar para otro lado, el lobo se ha colado en la
casita de las ovejas y está preparando la parrilla y el carbón." (Daniel Perales, lavozdebarcelona.com, 18/07/2013)
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