"¿Qué es mejor y más justo, la libre elección de lengua vehicular en las escuelas o un modelo bilingüe? (...)
Así, Vilarrubias ha señalado que “el modelo de escuela bilingüe es
inclusivo, no resta, y permite visualizar el respeto y la integración en
las dos lenguas”. Esta sería la opción más ajustada a la realidad, al
menos en Cataluña. Una sociedad bilingüe -que no quiere decir que hable los dos idiomas sino que entiende los dos y utiliza el que quiere- requiere de una escuela bilingüe. Son las administraciones públicas las que se han de adaptar a la realidad y no ser esta la que se cambie por aquellas.
“El sistema bilingüe en la escuela es el mejor sistema educativo para
crear el mayor número de personas competentes en las dos lenguas
oficiales”, ha defendido la catedrática. Un argumento irrefutable.
Y un modelo, el bilingüe, que solo se aplica en las escuelas de
Luxemburgo, y curiosamente con las lenguas alemana y francesa, pero no
con el luxemburgués. La demografía manda en este caso.
Sin embargo, el modelo escolar en el que dos lenguas conviven con
naturalidad no es aceptado por los partidos políticos nacionalistas que
controlan la educación en Cataluña. “La situación en Cataluña es muy extrema y se está en una guerra abierta contra el español desde hace mucho tiempo”, ha añadido Vilarrubias.
Pousada es partidario de la libertad de elección para los padres teniendo en cuenta “la demanda umbral”,
que establece el número mínimo de alumnos solicitantes de una línea
para que las administraciones públicas estén obligadas a mantener dos
líneas educativas por motivos lingüísticos.
Este es el sistema común en Europa en los países en los que existen
varios idiomas oficiales, e incluso en los lugares en los que sin ser
una lengua oficial se tiene un trato de respeto para las minorías lingüísticas. Este último caso sería el que se da en Eslovaquia, donde el húngaro tiene un trato diferenciado en la escuela si existe un 25% de solicitantes en esta lengua.
Gales (Reino Unido), Finlandia, Irlanda, Bruselas (Bélgica), algunas regiones de Italia, Eslovenia, Transilvania (Rumanía)…
son solo algunos de los lugares de Europa donde los padres pueden
escoger la lengua de escolarización de sus hijos.
En ningún lugar del
mundo -a excepción de Groenlandia- se da lo que ocurre en Cataluña,
donde la inmersión lingüística se hace de forma obligatoria y en contra
de los padres que piden la escolarización de sus hijos en la lengua
oficial del Estado.
Ni tan solo Suiza es un ejemplo para los defensores de la inmersión.
Tal y como ha señalado Pousada, tres cantones de Suiza son bilingües y
uno, trilingüe. “En Berna, incluso, hay seis opciones de modelos lingüísticos en las escuelas”,
ha recordado.
Para el vicepresidente de Galicia Bilingüe tampoco tiene
sentido defender el uso exclusivo de una lengua en las CCAA bilingües en
base a la cohesión social -argumento utilizado en Cataluña- pues “se
está reconociendo que aplicar la inmersión obligatoria fomenta la
ruptura social de España”. (lavozdebarcelona, 24/02/2013)
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