"Se cuenta que un conocido periodista barcelonés recibió el 12 de
septiembre pasado, el día después de la no tan histórica manifestación,
dos llamadas telefónicas, una de Oriol Pujol y otra de Duran Lleida.
Ambos preguntaron lo mismo: "¿Qué debemos hacer?". Ello significa que
los secretarios generales de Convergència y de Unió no tenían decidido,
todavía, qué camino tomar: si ponerse al frente de la manifestación o
integrarla en el plan que previamente se habían trazado.
¿Cuál era ese plan? Artur Mas lo denominaba desde hacía dos años "transición nacional", es decir, el itinerario que debía recorrer Catalunya para separarse de España y constituir un Estado propio.
¿Cuál era ese plan? Artur Mas lo denominaba desde hacía dos años "transición nacional", es decir, el itinerario que debía recorrer Catalunya para separarse de España y constituir un Estado propio.
Las fases eran las
siguientes.
- Primera, reclamar el concierto económico sabiendo de
antemano que pedían un imposible para así ir cargándose de razón,
acumular fuerzas y ganar nuevos adeptos a la independencia. Esta fase
debía durar cuando menos un año más, hasta fines del 2013, justo antes
de entrar en el conmemorativo 2014.
Sería entonces cuando se plantearía
la segunda fase: unas elecciones con un programa basado en el llamado
derecho a decidir que debería dar paso a la independencia. Cómo se
llegaría a este punto no estaba todavía definido; había que estudiarlo
con calma. Ya era un plan suicida. La noticia es que el suicidio se ha
adelantado
La manifestación del 11 de septiembre era un hito más en todo el proceso. La intención era demostrar la fuerza de CiU en la primera, pero no última, negociación con Rajoy sobre el pacto fiscal.
La manifestación del 11 de septiembre era un hito más en todo el proceso. La intención era demostrar la fuerza de CiU en la primera, pero no última, negociación con Rajoy sobre el pacto fiscal.
Pero se encargó la organización de la manifestación a la ANC, entidad de
reciente creación, controlada por ERC y por los sectores más
independentistas de CiU. El lema no fue "Por el pacto fiscal" sino "Por
un Estado propio dentro de Europa".
Este fue el primer error: se cambió
el objetivo y, tras el enorme éxito, Artur Mas se vio empujado a pasar a
la segunda fase, a la del derecho a decidir y la independencia. Todo se
trastocó: el pacto fiscal ya era una antigualla; el error se había
consumado.
En lugar de tomar nota de la manifestación, Mas pasó a encabezarla e, inmediatamente, la correlación de fuerzas experimentó un súbito cambio. Primero, porque no todos los que apoyaban el pacto fiscal estaban de acuerdo en recorrer el camino hacia la independencia.
En lugar de tomar nota de la manifestación, Mas pasó a encabezarla e, inmediatamente, la correlación de fuerzas experimentó un súbito cambio. Primero, porque no todos los que apoyaban el pacto fiscal estaban de acuerdo en recorrer el camino hacia la independencia.
- Segundo, porque tal desafío estimuló a muchos abstencionistas a votar en
contra. Tercero, porque estando de acuerdo con la opción
independentista, muchos pasaron a confiar más en ERC que en CiU, más en
el original que en la copia.
Además, a partir del 11 de septiembre los errores de Mas fueron muchos, se notó que estaba improvisando, que el paso que había dado no estaba bien meditado. El principal error fue decir que seguiríamos en la UE cuando no era así.
Además, a partir del 11 de septiembre los errores de Mas fueron muchos, se notó que estaba improvisando, que el paso que había dado no estaba bien meditado. El principal error fue decir que seguiríamos en la UE cuando no era así.
Entrar en la OTAN sin el gasto que supone mantener un ejército propio,
fue la opinión de un amateur de la política. Que el ahorro fiscal que
suponía separarse de España compensaba económicamente los nuevos gastos
que comportaba un Estado propio, se vio enseguida que era un cálculo
errado.
El nacionalismo económico fundado en el famoso déficit de la
balanza fiscal cada vez se fue pareciendo más al cuento de la lechera.
La ilusión que pretendía sustituir a la realidad se fue desenmascarando
semana tras semana. La ruptura civil interna asustaba cada vez más.
Así
se llegó al día de las elecciones: el movimiento nacionalista se
fracturó en dos sectores, CiU y ERC, muy difícilmente asimilables. Mas
se dejó arrastrar por una manifestación y no supo liderar un movimiento.
Hoy Artur Mas es un líder caído, definitivamente, aunque haya que dar tiempo al tiempo para que esto se cumpla. Pero sería injusto atribuirle a él toda la culpa del fracaso. Ibarretxe fue empujado por Arzalluz, Mas lo ha sido por Jordi Pujol.
Hoy Artur Mas es un líder caído, definitivamente, aunque haya que dar tiempo al tiempo para que esto se cumpla. Pero sería injusto atribuirle a él toda la culpa del fracaso. Ibarretxe fue empujado por Arzalluz, Mas lo ha sido por Jordi Pujol.
El viejo líder, que parecía moderado por
pragmático pero que en realidad es un fundamentalista, ha auspiciado
desde su propia fundación, en sus cartas semanales, que España era un
estorbo para Catalunya y que esta debía emanciparse de su tutela. Artur
Mas no ha sido un instrumento de los catalanes, como solía decir, sino
un instrumento de Jordi Pujol y del núcleo duro de CiU, el llamado
pinyol.
Una razón más para que haya pasado a ser un líder caído, un
hombre sin autoridad, sólo respaldado por quien aún la tiene, el antiguo
presidente. (...)
La decadencia electoral del PSC empezó cuando pactó en el año 2000 con
ERC. Esto lo deberían tener en cuenta los dirigentes de CiU. Quien se
arrima a ERC se quema; quien la quiere imitar, también. Desde el 12 de
septiembre pasado Convergència ha querido interpretar el papel de ERC y
ha fracasado estrepitosamente. Si ahora se acerca a ella, se quemará." (Francesc de Carreras , La Vanguardia, 28/11/2012)
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