" Pero el
proceso se origina en el sentimiento de agravio de buena parte de la
población catalana ante un sistema de financiación autonómica que
consideran injusto. (...)
Y se ha visto reforzado con otro
sentimiento: que su sistema de financiación es claramente más
desfavorable que el Concierto vasco.
Y, por otra parte, la idea de
«balanza fiscal» como elemento de agravio es más que discutible, porque
la presión fiscal no se aplica a territorios sino a personas y a
empresas, por lo que la progresividad hace que los territorios con
personas más ricas o con mayor tejido empresarial lógicamente sufran una
mayor presión fiscal.
¿Se imaginan cuál debe ser la «balanza fiscal» de
la City de Londres, o de la Moraleja en Madrid? ¿Justificaría ello su
deseo de secesión si ésta se planteara? ¿La aceptarían los partidos de
izquierda, en base al sacrosanto «derecho a la autodeterminación de los
pueblos»?
... voy a suponer que Cataluña
consigue un proceso de segregación amistoso, pacífico y jurídicamente
aceptable y que se convierte en el 28º Estado de la Unión Europea. Es
decir, un escenario que sería inmediatamente firmado por Mas y el resto
de los nacionalistas catalanes, tanto de la izquierda como de la
derecha. (...)
Es decir, estamos ante un caso particular de la rebelión de los
ricos. Y, suponiendo que se llega a una solución amigable, ello recuerda
al proceso de separación de la República Checa con respecto a
Eslovaquia, allá por 1993, lo que se conoce como el divorcio de
terciopelo.
El argumento allí era parecido al que ahora usa CiU.
Para la República Checa, que tenía una renta per cápita relativa un 60%
más alta que Eslovaquia, continuar unidos a los eslovacos como un solo
país suponía un lastre para ellos, los ricos, que tenían que cargar con
la aportación solidaria al conjunto del Estado, aportación que
consideraban excesiva (el expolio).
Y en 1993 se produjo el divorcio de
terciopelo. ¿Le fue bien a la República Checa desde entonces?
Rotundamente no. Su renta per cápita relativa al promedio europeo
(UE=100) era un 77% en 1995. En 2011 apenas llegaba al 80%.
Por tanto,
sólo han avanzado tres puntos en casi dos décadas. Por el contrario,
países del Este que permanecieron unidos, como Polonia, avanzaron en 22
puntos en su renta per cápita relativa a Europa, es decir casi ocho
veces más que la República Checa.
Si a la República Checa no le
fue bien en su divorcio, ¿por qué le iba a ir a bien a Cataluña? En este
punto quiero argumentar que muy probablemente le iría incluso peor que a
la República Checa.
Hay tres razones que hacen que el punto de partida
de Cataluña sea bastante peor que el de la República Checa:
- Tanto la República Checa como Eslovaquia tenían garantizado su ingreso en la UE a futuro, aunque se separasen, ingreso que tuvo lugar en 2004. Y, como ya se ha dicho, Cataluña no tiene garantizado dicho ingreso, más bien lo contrario.
- La deuda pública de la República Checa representaba el 14% de su PIB. ¿Cuál sería el ratio de deuda pública de Cataluña? A su deuda autonómica (44.000 millones de euros) y local y de empresas públicas propias (13.000 millones de euros) habría que sumarle, dado que estamos caracterizando un escenario de divorcio amistoso, en el que se reparten también los pasivos y no sólo los activos, la parte alícuota de la deuda de la Administración central y la de las empresas públicas españolas.
Dicha parte alícuota tendría que suponer, al menos,
el porcentaje del PIB catalán sobre el conjunto del PIB español (cerca
de un 19%). Es decir, hablaríamos de 116.000 millones de euros por el
primer concepto y de 27.000 millones de euros por el segundo.
En total
unos 200.000 millones de euros, es decir, la deuda pública catalana se
acercaría al 100% de su PIB, por lo que Cataluña tendría que emplearse a
fondo para seducir a los mercados o negociar con las instituciones
europeas su refinanciación. Y ya hemos aprendido lo que quieren decir
ambas cosas.
3. Finalmente, la renta per cápita. El último año
para el que se dispone de cifras oficiales homogéneas es 2009. En ese
año la renta per cápita de Cataluña era el 120% de la media europea. Es
decir, Cataluña era más rica que Alemania (116% en ese año).
Es verdad
que en estos años habrá retrocedido algo en renta per cápita relativa.
Pero seguro que sigue siendo más elevada que la de Francia (107), Reino
Unido (108), Italia (101) o incluso Finlandia (116).
Es decir, que en
ese hipotético escenario favorable de ingreso en la UE, Cataluña se
convertiría en «contribuyente neto» a la Unión Europea, cosa que España
hasta la fecha nunca ha sido.
¿Estarían entonces los catalanes
dispuestos a ejercer su solidaridad con búlgaros, rumanos, lituanos y
húngaros antes que con extremeños, andaluces, murcianos y canarios?
Difícil de explicar y aceptar en una tierra donde una parte importante
de su población se nutre de gentes que provienen precisamente de esos
territorios de España.
En resumen, el escenario más amigable para
la secesión de Cataluña es un mal escenario para Cataluña. Y, sobre
todo, será un escenario muy difícil de explicar a sus propios
habitantes." (.Miguel Sebastián, El Mundo, en Caffe Reggio)
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