"El Gobierno está fomentando con gran maestría un relato sobre la
situación económica y las dificultades presupuestarias que vive
Cataluña, en el cual se intenta exonerar a Mas de responsabilidad. La
culpa sería de otros. En concreto, de Madrid.
Conocedores de que los ciudadanos castigan a los Gobiernos cuando les
consideran responsables, los Gobiernos buscan estrategias de evasión de
responsabilidades cuando las circunstancias son adversas, como “la
herencia recibida”, “los mercados no ofrecen alternativa” o, en el caso
de Cataluña, “Madrid nos roba”.
El problema de los Estados federales o compuestos, como el nuestro,
es que los ciudadanos no suelen tener una idea clara de la distribución
de competencias entre las diferentes Administraciones.
Los Gobiernos
autónomos pueden usar tal confusión para esconder sus fracasos
recurriendo a la estrategia de atribuir la responsabilidad al Gobierno
central. En el caso de Cataluña, esta estrategia está siendo
particularmente exitosa gracias a la existencia de un ingrediente con
una poderosa carga emocional: el nacionalismo.
CiU pretende evitar el castigo electoral fomentando una visión de la
crisis en la que nacionalismo y economía son dos caras de la misma
moneda. Hoy, en Cataluña, hablar de crisis y recortes es hablar de
nacionalismo. La forma en que se han ligado estas dos cuestiones ha
puesto en jaque los intentos del PSC de apartar la cuestión nacional de
la campaña.
Cada vez que un líder socialista se esfuerza en centrar el
debate en los recortes ese acaba inevitablemente derivando en una
discusión sobre las agraviadas relaciones entre Cataluña y España. Es
por este motivo que el PSC se encuentra atrapado en un debate del que no
puede escapar ni llevar a su terreno.
Probablemente, los catalanes votarán el próximo 25-N pensando en su
cartera. Pero el relato nacionalista de la crisis permitirá a CiU
mantenerse al margen del descontento ciudadano. El responsable de la
grave situación económica no se encontraría en algún edificio de la
plaça de Sant Jaume. Habría que buscarlo más lejos. A la otra orilla del
Ebro." (
Lluís Orriols
Girona, El País,
21 NOV 2012)
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