27/12/11

“Ahora [Madrid] es cosmopolita, una ciudad plenamente anónima, cosa que hoy no ocurre en Barcelona por ejemplo, donde rápidamente te preguntan de qué familia eres y donde veraneas y te hacen el retrato”

"Laura Freixas, escritora y columnista en La Vanguardia, en una entrevista en el diario del grupo Godó, este martes:


[...] En su novela está reflejado algo muy cierto y que cambió luego de forma sensible: Madrid por entonces era muy rural, una especie de agregación de gente de pueblos. Casi la antítesis de lo que ocurre ahora.

Es cierto sí, efectivamente, y ahora es cosmopolita, una ciudad plenamente anónima, cosa que hoy no ocurre en Barcelona por ejemplo, donde rápidamente te preguntan de qué familia eres y donde veraneas y te hacen el retrato, algo que a mí me agobiaba un poco. El Madrid de los setenta era un Madrid que era muy pueblo, se notaba que había mucha gente que venía del pueblo y que mentalmente todavía estaba en el pueblo.

Es un tipo de gente que todavía se ven en Madrid, aunque hoy sea efectivamente la única ciudad realmente anónima y cosmopolita de la península; sobre todo los viejos, es un tipo de viejo que no ves en Barcelona. Aquí ves viejas de luto, viejos con alpargatas y con boina sentados en los parques que serán de pueblo toda su vida.

Eso en los setenta se notaba mucho, entonces la narradora de mi libro aunque haya nacido en Madrid se siente muy pueblerina en comparación con los elegantes y cultos catalanes.(...)

 Y el estar en mitad de Castilla, que es un espacio despoblado y llano. Eso se nota más en el sur de Madrid, porque el norte está limitado por la sierra.

Es un poco el Far West, vas por el llano y ahí se levanta de pronto Madrid. Barcelona por eso me sigue pareciendo una ciudad mucho más bonita y elegante y más refinada, pero Madrid se ha beneficiado de ese crecimiento y hoy tiene una oferta cultural espléndida. Yo no [me] voy a mover de Madrid entre otras cosas por eso, aparte de razones más personales.

Y en cambio Barcelona ha conservado una característica muy ambivalente, que tiene bueno y tiene malo: no se ha borrado la distinción entre nosotros y los otros. Eso lo sé muy bien porque en mi familia hay las dos.

Una parte de mi familia es claramente nosotros, los catalanes de toda la vida que nunca nos hemos movido de aquí y siempre hemos sido de ciudad. Y los otros, que son los que han llegado de fuera con una mano delante y otra detrás, que es mi familia materna, que son castellanos muertos de hambre."                 (lavozdebarcelona.com, 27/12/2011)

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