Según se relata en la queja, el médico abandonó la consulta ante la insistencia del paciente en usar el valenciano, exclamando que estaba “harto de gilipolleces”, y no le atendió ningún facultativo, ni la coordinadora del centro, que al parecer no estaba en el edificio. Algo que ha negado la Dirección General de Calidad y Atención al Paciente de la Consejería de Sanidad.
El Síndic recuerda que la Consejería tiene el deber legal de garantizar que, en los servicios públicos que dependen de ella, las personas que tratan con el público tienen el suficiente conocimiento de valenciano como para atender con normalidad su responsabilidad y garantizar el derecho del paciente a poder expresarse en cualquiera de las lenguas oficiales de la Comunidad. Algo que considera que “no fue respetado” en este caso." (lavozdebarcelona.com, 28/06/2010)
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