‘Afortunadamente, ayer se firmó el Pacto Nacional de Inmigración, que establece una serie de itinerarios que tendrán que seguir los recién llegados para acceder, gradualmente, a la equiparación de derechos con el resto de la población.

[…] Los inmigrantes -en parte al margen de su voluntad- serán los que más incidirán en la decantación, en un sentido u otro, de la balanza bipolar, lingüística y nacional, de este país.

Nos lo jugamos todo en pocos años, así que hemos de empezar a olvidarnos del lenguaje políticamente correcto. Si los inmigrantes y sus hijos no aceptan la catalanidad se convertirán en españoles. Sin matices. O Barça o Madrid’. (lavozdebarcelona.com, 20/12/2008)