"Hemos podido leer en los periódicos que la Mesa por la Libertad Lingüística había reunido a unos centenares de personas en A Coruña contra la "imposición del gallego". Bajo ese lema los manifestantes reclamaban tanto la derogación del decreto que regula el uso del gallego en la enseñanza como el Plan de Normalización Lingüística. (...)
La sociedad gallega es plural y conviene que se contemple a sí misma en sus diferentes rostros, incluso cuando algunos de ellos no complazcan nuestra sensibilidad ni confirmen nuestros prejuicios. (...)
Dicho esto ¿son liberales las propuestas de los que abogan por la así llamada libertad lingüística? (...)
En realidad, sería posible no sólo que hubiese padres que quisieran que sus hijos aprendan únicamente en castellano, eusquera, catalán o gallego, sino en algunos de los muchos idiomas que los nuevos inmigrantes traen de sus tierras.
(Nota: no sería posible, porque los profesores no conocen el árabe, rumano etc., pero todos conocen el castellano; Pero todos hablan el español. Así que un niño del lengua materna española puede aprender en español en todas partes. Los niños con lengua materna polaca, no. Sus profesores no hablan polaco)
"De todo ello se deduce que la Mesa y otras agrupaciones afines de la misma constelación tienen que saber que sus pretensiones son muy parecidas a las de aquéllos que esgrimen la libertad para darse el derecho de no pagar impuestos, que sus exigencias pretenden modificar el edificio del bloque constitucional en la línea del ala dura del PP y de UPD, y que lo que ellos llaman "imposición" es, en realidad, la resultante del reconocimiento legal de la pluralidad lingüística existente en el estado español."
(nota: Pues si sólo el ala dura del PP, los fascistas, defienden el derecho de todos a aprender en su lengua materna ¿cómo será el ala blanda? ¿Partidarios de la nacionalización de la banca? Cuando menos...)
"No hay ni que decir que una de las paradojas de tan curioso liberalismo es que sólo reclama los derechos de una parte de los ciudadanos. Ni por un momento se han parado a pensar que también aquellos padres que quisieran ver educados a sus hijos sólo en gallego carecen de la posibilidad de hacerlo." (El País, ed. Galicia, Galicia, 27/10/2008, p. 4)
Pues es lo que piden. Que se enseñe en el idioma materno del niño, en catalán, en español, en vasco, según sea el idioma de su madre. Éste es el quid de la cuestión, y es increíble que una persona tan inteligente como Antón Baamonde no quiera verlo. Todos tienen derecho a aprender en su lengua materna.
Es el mensaje primario de las asociaciones que defienden, en Cataluña y País Vasco, el derecho de los hijos de los charnegos y maketos a aprender en su lengua materna, el castellano. Luchan contra la imposición nacionalista de la inmersión en la lengua de los señores a los niños inmigrantes. La misma que la franquista.
Porque estos niños dicen, al llegar a Cataluña, llegan a "un país". Igual que si llegaran a Francia. Y si en Francia tienen que aprender en francés, en Cataluña, tienen que aprender en catalán. Lo mismo que decían los profesores franquistas: en España, en español.
La diferencia entre Francia y Cataluña, o España, es la lengua de los profesores. En Cataluña, los profesores saben hablar español, y sus alumnos charnegos se dan cuenta. Cuando estos niños se dirigen a ellos en castellano, y les obligan a preguntar en catalán, indicándoles que el español, el idioma de su madre, no sirve, los humillan.
Como humillaba el profesor franquista al niño catalán al obligarlo a hablar en español. Pero el profesor francés no humilla al niño inmigrante hablándole en francés, porque este niño sabe que su profesor no puede enseñarle en árabe. Es curioso la resistencia a aceptar esta simple comparación.
Los de la Mesa (española) pretenden defender a sus hijos de un modelo de enseñanza franquista, el catalán. Los demócratas, y los señoritos, su superioridad social, como los del PNV, o los de ERC, del PSC... los fascistas lingüistas.
Entre los miembros de la Mesa (castellana) hay gente que solo quiere elegir el idioma en que se enseñe a sus hijos, y los hay que quieren mantener su superioridad al hablar el lenguaje de las ciudades. Y entre los mienbros de la Mesa (gallega) hay quienes quieren defender al gallego, y hay quiénes quieren imponer los modelos franquista, habitual entre vascos y catalanes.
Una persona tan razonable como Antón Baamonde debiera distinguir. aunque solo fuese para ayudar a la supervivencia del gallego, para evitar un ataque en tromba de todas las clases medias ciudadanas contra éste.
Que no lo resistiría.
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