30/7/08

Todos a aprender en inglés, como los hijos de la clase alta catalana. Pues... ¡Desde luego! Si nos lo paga la clase alta catalana

“Como el castellano en España, hoy el inglés se ha convertido, de facto, en la lengua a la que se recurre en las comunicaciones entre hablantes de lenguas distintas. ¿Sería aceptable que, siguiendo la misma lógica, la Constitución europea prescribiera algún día a todos los ciudadanos comunitarios la obligación de conocer el inglés y negara esta prerrogativa al castellano en su territorio, con el argumento de que el conocimiento del inglés hacía innecesaria la obligatoriedad de la lengua española?” (Albert Rossich, Igualdad lingüística en España. La Vanguardia, 01.07.08. Fuente Bye, bye Spain, lunes 21 de julio de 2008)

Seria fascismo. Es lo que intentó el franquismo al obligar a los hijos de los campesinos gallegos, vascos o catalanes, al decretar la inmersión en castellano, a aprender en una lengua que no era la suya, la materna.

Es lo que se intenta ahora al obligar a los hijos de los charnegos a aprender en un desconocido catalán, y no en su lengua materna, la que hablan (el castellano).

O a los que prefieren el castellano, como los inmigrantes, que preferirán que sus hijos aprendan en español, por aquello de que hoy trabajo en Barcelona, y mañana en Madrid.

Es una cuestión de poder elegir la lengua de aprendizaje y de que un profesor (que conoce las dos) pueda elegir la lengua adecuada para cada uno de sus alumnos, catalán para enseñar a los niños de lengua materna en catalán (y en español para los niños de lengua materna española).

Y acaban conociendo las dos. Sin privar de su libertad a nadie, la de los niños a aprender en su lengua materna, y la libertad de cátedra del profesor (otra cosa es el País Vasco, donde profesores que no conocen bien el vasco, enseñan a todos en vasco). Eso es criminal.

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