2/6/08

La confederación de los ricos, que defienden los charnegos del PSC y los marroquíes de ERC (que sólo serán libres cuando Cataluña sea independiente)

“España no se ha roto, pero la aplicación del criterio de la comodidad, un policentrismo de hecho, muestra cómo la deriva confederal introduce crecientes elementos de disociación. "A cada comunidad, su río", de manera que en tiempo de sequía el Estado tiene que acudir a solidaridades de partido y a eufemismos para que el agua disponible llegue a quien la necesita.

No es cuestión de conferencias ni de buenas voluntades: la soberanía de una comunidad sobre tales recursos contradice el interés general. Otro tanto cabe decir de la reforma financiera interterritorial. Puede ser necesaria para quienes más pagan como Cataluña (o Baleares, o Madrid), pero lo grave es el planteamiento del president Montilla, que se limita a esgrimir frente al Estado la supuesta imposibilidad de que Cataluña soporte la situación actual, proponiendo la aplicación del principio que ya contenía la Constitución de los confederados en la guerra de Secesión americana: no aportar recursos para disminuir la desigualdad interterritorial.

Es la afirmación más nítida de un principio de bilateralidad, que reposa sobre la lógica interna del Estatut, por encima de los remiendos para "constitucionalizarlo": hay una nación, Cataluña, y un Estado español, nunca España. De nuevo conferencias y tratos para salir del paso. Falta un mecanismo constitucional, de carácter federal, que aborde tales conflictos de decisiva importancia.

No hablemos de Ibarretxe. Incluso un hombre discreto como Montilla, ex ministro, acepta la falsa evidencia de que es posible pensarlo todo exclusivamente desde Cataluña, que resulta lógica la hegemonía impuesta al modo de Quebec hasta el límite en la enseñanza y en la expresión pública de la "lengua propia" sobre el idioma de todos, que la política de apoyo a los inmigrantes musulmanes, como explica el profesor Moreras, entregada a ERC, tenga por objetivo ganarles para la idea de la independencia de Cataluña, que la idea de solidaridad característica de la izquierda haya sido reemplazada por la defensa a ultranza de los propios intereses económicos.” (ANTONIO ELORZA: El síndrome confederal. El País, ed. Galicia, Opinión, 29/05/2008, p. 31)

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