“Podemos imaginarnos a los profesionales escénicos de París recogiendo firmas para protestar por el exceso de marselleses, vascos o catalanes en sus teatros? Es difícil de concebir porque, a pesar de todo, tenemos a Francia por una nación de ciudadanos con sentido común. En España, el buen sentido ha dejado de ser común y la implantación del disparate nos va sumiendo en el sálvese quien pueda. Lo planteo así porque hace unos días aparecieron en este mismo periódico unas noticias referidas al mundo de la farándula madrileña en las cuales se daba conocimiento del manifiesto firmado por numerosos profesionales de la escena que protestaban ante la invasión de catalanes en las artes escénicas de la capital. La condición grosera y cerril del asunto se desacreditaría por sí sola si no fuera por que en nuestro país están ocurriendo algunos sucesos de apariencia intrascendente que vienen demostrando cómo la epidemia paranoica y reaccionaria que parecía acotada sólo en algunas de las antiguas provincias periféricas se halla actualmente fuera de control y empieza a extenderse por el epicentro del territorio español.
Siempre que España ha vivido breves tiempos de libertad e impulso modernizador ha surgido la estrategia de demolición del Estado alentada por la alternativa de un poder político territorial que se erige en representante único del sentimiento atávico y en el que la lealtad a las reglas de juego generales viene condicionada por los pretextos de singularidades étnicas y culturales.
Como Cataluña no es receptiva con el teatro madrileño, tenemos la excusa para reforzar los límites territoriales y cada uno en su casa y a su negocio. Si en el gremio de comediantes se ha conseguido que prevalezca el lugar de nacimiento en vez del talento artístico, ciertamente,
En el fondo de la cuestión, mis colegas comediantes pretenden introducir fronteras al libre mercado para beneficiarse bajo el proteccionismo de los monopolios políticos que se han venido estableciendo en los reinos de Taifas… yo sólo me permito añadirle que, cuando ahora en España escucho la palabras patria, identidad o rasgos diferenciales, me protejo la cartera.” ALBERT BOADELLA: Cuando el buen sentido deja paso al disparate. (Publicado en el diario El Mundo el jueves 22 de mayo de 2008. Fuente: Soldado Iván Chonquin: Nuestro moderno sistema feudal, jueves, mayo 22, 2008)
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