1/2/08

Los orígenes te dan distinción, y la miseria no

“P.- La presencia de esos guerreros en Londres, tan lejos de su lugar de origen, estupefactos en este mundo hiperbóreo, refleja simétricamente la historia que usted cuenta de los legionarios romanos capturados tras la derrota de Craso contra los partos en Carrhae, en el año 53 antes de Cristo, y que parece que acabaron en China.

R.- Es una historia asombrosa, no podía creerla. Traté de encontrar el rastro de esos legionarios. En los anales de la dinastía Han hay una referencia a unos guerreros que parecen formar el testudo, la tortuga romana, y algunos estudiosos han identificado el pueblo de Zhelaizhai como el lugar donde se instalaron. Fui allí, y es cierto que encuentras a individuos con sorprendentes rasgos occidentales.

P.- Usted explica que algunos trataban patéticamente de que se los identificara como progenie de los romanos, para escapar a la miseria.

R.- Sí, resultaba muy triste, lo percibían como una especie de distinción. Toda la historia de esos legionarios perdidos en un país tan extraño para ellos y la de sus supuestos descendientes, como aquel chino que en realidad era albino, me provocó una gran pena.”

(Colin Thubron: “Viajo para descubrir al otro”. El País, ed. Galicia, El País Semanal, 19/01/2008, p. 36)

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