(…) La gente tiene un comportamiento bastante parecido en las dos ciudades, las dos son dinámicas, exitosas, marchosas, los nuevos restaurantes de una u otra ciudad podrían intercambiarse, las mismas películas y obras de teatro, exposiciones que triunfan en una triunfan en la otra, las mismas empresas triunfan o fracasan en una y la otra.
(…) Es más un día le conté a un grupo de catalanes un catalán se parece muchísimo más a un madrileño que a un porteño, o a un parisino, o un romano tanto físicamente, en la vestimenta y en la manera de ser y ellos insistían que "nada más diferente que un catalán a un madrileño" inclusive más diferente que las comparaciones que yo daba, que no tenían "nada que ver". Creo que no recuerdo esfuerzo de gente tan parecida como el de los catalanes y los madrileños para decir que son tan diferentes. Inclusive diría que se parecen más entre ellos que ellos a otras regiones de España. (Martin Varsavsky, bitácora de un emprendedor, 06-01-07)
¡Qué harían sin el juguete diferencial, que tan buena financiación les da!
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