2/2/23

Albert Soler: "Me encanta que me llamen 'botifler', yo lo reivindico... la gente está amargada. El que no está amargado porque la famosa republiqueta no es ni se la espera, está amargado por tener que aguantar a los lacistas... El 'procés' y esta manga de mangantes han terminado incluso con las ganas de divertirse y vivir la vida... A mí me encantaría ser uno de ellos, uno de esos oprimidos lacistas catalanes que quien vive peor tiene una mansión con césped, piscina y dos coches"

 "El periodista gerundense Albert Soler vuelve al ruedo con 'Un botifler en la Villa y Corte' (Península). Fiel a su estilo satírico y crítico, Soler se traslada a Madrid para una nueva entrega de sus crónicas punzantes, desde la que enfocará la política catalana y española. El libro ya genera polémica, después de un intento de boicot en una presentación en la librería Bernat de Barcelona.

¿Le gusta que le llamen 'botifler'?

Empezaron a decir 'botifler' como insulto a quienes pensaban diferente, mejor dicho, a quienes pensaban. Luego vi que le decían esto a gente como Joan Manuel Serrat, Javier Cercas, Arcadi Espada. Y yo pensé, si estos son 'botiflers', entonces yo quiero que me llamen igual. 'Botifler' no era un insulto, sino todo un elogio, y por tanto me encanta que me llamen 'botifler', yo lo reivindico.

Mucha gente le tiene tirria, otros en cambio le agradecen haberles dado voz.

No soy el primer caso en la historia. Hace mucho tiempo hubo un hombre que hacía y decía cosas que el mundo no entendía. Fue perseguido e insultado, tuvo que esconderse y al final le mataron. Drácula, se llamaba.

Todos los gobiernos del mundo están llenos de imbéciles

¿Qué se le perdió en Madrid?

Se me acababan los imbéciles. Hay muchos en Catalunya, nunca faltan, pero este no deja de ser un país pequeño, y me digo, 'joder, ya los tengo muy vistos', veré si en Madrid también hay tantos. Y efectivamente. Todos los gobiernos del mundo están llenos de ellos.

Alguna diferencia habrá.

La imbecilidad es única e indivisible, es decir que uno es imbécil o no lo es, y eso les hace similares. Cuando veo a una ministra de Podemos, que dicen las burradas que dicen, creo que podrían pasar muy bien por consejeros lacistas y viceversa.

Creyó en Podemos, según cuenta.

Al principio llegué a ilusionarme, porque parecían de izquierdas. Pero joder, he visto que estos tienen de izquierda lo que yo de melena. No son más que meapilas que nos quieren decir cómo debemos pensar y cómo debemos hablar. Nada, nada, de izquierda no tienen nada.

Por cierto, ¿qué ocurrió con su melena?

El cabello cae por exceso de testosterona. Usted debería saberlo, con ese pelazo que luce.

Llevar la crónica al nivel nacional, ¿fue como jugar en otra liga?

No lo creo. Aunque sea un libro escrito en Madrid me gusta jugar a la comparación, así que salen los frikis catalanes de por medio. Este libro es una mezcla de Madrid y Catalunya. Los mezclo, los comparo.

Fue al Congreso. ¿Qué encontró?

Me acerqué al Congreso y llamé a la puerta hablándoles en catalán, pero no me abrió nadie. Deberían estar comiendo y bebiendo por ahí, como siempre. Hice guardia para ver si encontraba a algún político catalán, y nada, ni uno.

De los personajes que se cruza en este libro, ¿cuál es el que más le gusta?

¿Para ir a la cama o qué?

Que le gusta su perfil, digamos.

Me divertí mucho el día que coincidí en un ascensor con Esperanza Aguirre. Fue un momento épico. Yo estaba asustado porque recordaba que esa buena mujer un día casi se carga a dos guardias municipales. Me dije, no hables, no te muevas, que esa mujer tiene muy mala leche. Conseguí subir dos pisos junto a ella sin que me insultara ni agrediera ni nada, lo que es una medalla en mi currículum.

¿Está mejor Madrid que Barcelona?

Esto seguro. No es que lo diga yo. Hay jóvenes catalanes que cogen el AVE para ir a Madrid por la mañana, se pasan el día y la noche en la capital y a las seis de la mañana vuelven a Barcelona.

¿Culpa al 'procés' de ello?

Yo creo que el proceso tiene mucho que ver, porque la gente está amargada. El que no está amargado porque la famosa republiqueta no es ni se la espera, está amargado por tener que aguantar a los lacistas. No es que Catalunya haya sido la alegría de la huerta, pero, joder, la gente antes tenía más ilusiones, tenía alegría. El 'procés' y esta manga de mangantes han terminado incluso con las ganas de divertirse y vivir la vida.

'Cataluña el Salvaje Este', titula un capítulo. ¿Eso es lo que parecemos?

Me gusta que me lo recuerde porque la presentación en Girona la hice en el bar Cuellar de Vila Roja, el este de la ciudad. Muchos gerundenses, sabe usted, creen que Vila Roja es el 'far east'. Respecto a Catalunya, llamar salvaje a sus lacistas, es hacerles un favor, porque ni a eso llegan. Son ridículos, son gallinas.

Todavía se habla del "conflicto catalán".

El único que parece tener un conflicto es Pedro Sánchez. Yo no sé qué conflicto hay en Catalunya que deba resolverse. Yo vivo en Catalunya y vivo el mar de tranquilo. La gente normal aquí no tiene ningún conflicto. Estuve en Madrid pero no pude entrar en la Moncloa, así que me quedé con las ganas de preguntar cuál es el conflicto.

Usted, reafirma, no se siente un oprimido.

Aquí no hay nadie oprimido. A mí me encantaría ser uno de ellos, uno de esos oprimidos lacistas catalanes que quien vive peor tiene una mansión con césped, piscina y dos coches. Yo tengo que conformarme con trabajar, ir a casa después del trabajo... Ya ve que los trabajadores no tenemos tiempo de estar oprimidos, tenemos otras preocupaciones.

En la presentación del libro en Barcelona seguidores del rapero Hasél intentaron el boicot.

Unos descerebrados que ni siquiera pudieron pasar la última fila de asistentes, formada por dos señoras y un jubilado.

Personas que le conocen dicen que ha creado un personaje de usted mismo.

No sé. ¿Seguro? ¿Quién lo dice?

Su mujer, la periodista Eva Vázquez.

Será que no me conoce bien (ríe). Ahora en serio, yo tal y como hablo es tal como soy y no me invento nada. Creo que mi mujer me confunde con otro.

Ahora que el 'procés', dice, ha muerto, ¿qué hará?

Que el proceso esté muerto no significa que no exista un gobierno autonómico digno de las mejores películas cómicas.

¿Dónde lo encontraremos la próxima vez?

No sé si va a colar mi propuesta, pero pediré a mi editorial, Planeta, que me pague 15 días en La Habana, Cuba. ¿Cómo le suena un 'botifler' en La Habana?

Suena que entonces no volvería, me temo.

¡Seguro que no! (risotada)."               (Entrevista a Albert soler, Matías Crowder, El Periódico, 29/01/23)

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