18/9/20

Xavier Rius: Mienten. Descarada, sistemática y deliberadamente. Mienten a todas horas. Y todos. No se salva nadie... Torra representa el fracaso de Catalunya como sociedad

 Torra hace un discurso incendiario en Madrid. "Quieren una Catalunya esclava

 "Mienten. Descarada, sistemática y deliberadamente. Mienten a todas horas. Y todos. No se salva nadie.

 A Torra no lo inhabilitan por una “pacífica pancarta” como ha dicho en Madrid. Ni por defender los “derechos fundamentales”. Tampoco ha sido víctima de un “proceso aberrante y esperpéntico”. El único proceso “aberrante y esperpéntico” que conozco es el propio procés.

 España no está en una “decadencia galopante”. Ni es una democracia “con pies de barro”. O se halla a “años luz de los estándares europeos”. Si no fuera una democracia plena no formaría parte de la Unión Europea, de las Naciones Unidas, de la OTAN, del Consejo de Europa e incluso de la Federación Internacional de Petanca. España, en efecto, no es “un estado autoritario”. Ni hay “represión”. Ni son “presos políticos” o “exiliados”.

 Por supuesto, no es una democracia perfecta. La marcha del rey Juan Carlos me parece un escándalo. Pero esto no es la dictadura de Pinochet ni la de Videla ni la de Stalin ni la de Franco. A pesar de que el propio Torra hablará de “la continuidad de la dictadura”. Mienten. Descarada, sistemática y deliberadamente.

Las palabras de Torra se las he oido también a la portavoz del Govern, Meritxell Budó. El pasado martes pronunció al menos media docena de veces la palabra “represión” en su rueda de prensa en Palau. Catalunya no había gozado -al menos hasta ahora- cotas de libertad y bienestar semejantes en los últimos trescientos años. El PIB per cápita superó los 31.000 euros el año pasado. España nos roba, proclamaban.

 Mientras que el presidente del Parlament, Roger Torrent, el segundo cargo institucional de Catalunya, ha afirmado en twitter que “en un país normal colgar una pancarta no tendría que ser delito”. No lo es. Es delito desobedecer a la Junta Electoral Central. Y ho una sino dos veces.

Torra ordenó colgar el 2 de junio del 2018, tras su toma de posesión, aquella pancarta con el lema “Libertad presos políticos y exiliados”. Fue su primer acto de gobierno. La legislatura se presagiaba ya movida. Aparte de que no lo son, la Junta Electoral le requirió que la retirara el 11 de marzo “en el plazo máximo de 48 horas”. No lo hizo. El 21 de marzo, ordenó colgar otra sin apenas cambios: era la misma pero con un lazo blanco en vez de amarillo. Y, paradójicamente, la careta de Albert Boadella (1978) que reivindicaba la libertad de expresión. Al día siguiente colgaron otra. A la tercera va la vencida. Esta vez a favor de la “libertad de opinión y de expresión”. Lo de Torra fue, lisa y llanamente, una chiquillada.

 Lo ve hasta Vicent Sanchis. Basta recordar la pregunta que le hizo el director de TV3 en su entrevista a Carles Puigdemont. Pero es que, además, Torra admitió durante el juicio que “sí, desobedecí”. ¡Hasta lo han reconocido en TV3! El presentador del TN mediodía, Xavi Coral, no se ha atrevido a decir el verbo mágico: desobedecer. Pero al menos ha admitido que el president “no obedeció a la Junta Electoral Central”.

 Por eso el discurso del presidente de la Generalitat ha sido incendiario.

 Incluso aunque vaya dirigido a los suyos y que sea el primer discurso electoral de una campaña que se preve agria y dura. Recuerdo muchas intervenciones de Torra -la de de que Catalunya padecía "una crisis humanitaria", la de Eslovenia, la del “apreteu, apreteu”- pero ninguna de una irresponsabilidad semejante a la de este jueves. Porque Torra, el presidente de la Generalitat, también miente. Descarada, sistemática y deliberadamente.

 Ha dicho que su juicio ha pisado “las más básicas nociones de la de democracia, la justicia y los derehos fundamentales”. Los que no han parado de pisar leyes, normas y derechos han sido ellos. Ya empezaron con las del Referéndum y la de Desconeixón. Todo un atropello. Fuero aprobadas deprisa y corriendo. ¡Incluso de madrugada! Se pasaron por el forro las notificaciones del TC, el tribunal más importante dsel Estado. Prueben ustedes a no pagar una multa de tráfico. Los embargan al cabo de unas semanas. Derogaron la Constitución y hasta el Estatut. El último en hacerlo antes que ellos fue Franco. Cuando sus tropas estaban a las puertas de Lleida (1938).

 Los que se pasan la “independencia judicial” por un sitio son también ellos. No paren de presionar a los jueces. Pero si pidieron a Rajoy la libertad de los Jordis. Como si fuera cosa suya. O la “judicialización de la política”. Piden amnistías, indultos, referéndums a cambio de nada. Ho tornarem a fer, anuncian. El Estado tampoco “atemoriza” ni “golpea”. Cualquier estado democrático del mundo habría actuado de manera similar o peor. Que prueben con declarar la independencia de Baviera, por ejemplo. Les caería el pelo.

 Hasta ha dicho Torra que el Estado “empobrece deliberadamente a los Països Calanas". President, pregunte a valencianos y mallorquines qué piensan de los Países Catalanes y luego volvemos a hablar. Torra miente incluso cuando dice que ha ido a Madrid a mirar a los jueces “a la cara.” Que no se haga el valiente. Iba de espectador. Ni siquiera tenía que declarar. Ha ido a hacerse la víctima. Otra performance. Bien mirado era el primer míting electoral. El discuros de Quim Torra es una vergüenza para él, para la Generalitat y para todos los catalanes, incluidos los más independentistas.

 Lo que es increíble es que no salgan voces discordantes ni desde dentro del proceso.

 Ha llegado a decir que no se puede recortar “ni un milímetro la soberanía del Parlament de Catalunya”. ¡Pero si lo tuvieron cerrado cuatro meses en el verano del 2019 porque no se ponían de acuerdo! Y han aprobado cosas que luego ni se publican. Declararon que Catalunya es "republicana". ¿Todos los catalanes? La degradación de las instituciones es, seguramente, una de las consecuencias más funestas del proceso. Incluso ha llegado a manifestar que, para el Estado, es más importante su “pancarta” que la lucha “contra la pandemia” o “la crisis económica más grande de los últimos años”

 ¡Es mentira!

Lo de la pancarta fue en junio de 2018. Dos años antes del covid. O que quieren “una Catalunya esclava”. ¡Esclava! ¡Los catalanes somos como los negros antes de la Guerra Civil americana! Sólo falta que nos compare a la manera con que los nazis trataban a los untermenschen.

 Torra ha manifestado también que si lo inhabilitan “no sólo me inhabilitan a mí” o que “sólo habra un culpable” en referencia al Estado.

No es verdad, el es el único responsable.

Perdón, no solo él. Torra, todos los consejeros del Govern -también los que han saltado o callaron en su momento-, los partidos que lo votaron -JxCat, ERC, PDECAT, la CUP- y los dirigentes del proceso. Además de los medios de comunicación, los periodistas, la mal llamada sociedad civil, los intelectuales, los empresarios que callaron ante tanto desvarío.

En el fondo, Torra representa el fracaso de Catalunya como sociedad."            (Xavier Rius, director de e-notícies, 17/09/20)

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