"Filósofo, estudioso de la ciencia y profesor de secundaria y de la UNED. Discípulo de Manuel Sacristán (..)También amigo y discípulo de Francisco Fernández Buey, colabora en El viejo topo, Rebelión y Papeles.
¿Del pasado catalanista viene esta ola nacionalista?
A nadie puede sorprender que las “Convergencias”, herederas del 3% y de mucho más, estén volcadas al secesionismo, a obtener mucho más poder, al irracionalismo político y a liarla contra España, como dijo su jefe de filas, Puigdemont. Desde el año 80, en que el nacionalismo ganó las elecciones en Cataluña su proyecto ha sido construir un país a su medida. También era de esperar la deriva de Esquerra Republicana. Era una fuerza marcadamente independentista, que cuida a veces su presentación pública.
Ahora habla de equilibrios, de abandonar la DUI, llegar a acuerdos… Pero, cuando se la conoce de cerca, se comprueba que es completamente independentista y marcadamente hispano-fóbica. Todo lo que es España resulta para ellos un desastre. Cuando digo todo, es todo. No la España de Queipo de Llano, sino la de Machado, Hazaña, Negrín… Lo de la CUP también era pensable.
Es un grupo supuestamente de izquierdas, muy
activista, que aspira a la independencia de los “Países catalanes” y que
no hay por dónde cogerlo. En un comunicado que se acaba de hacer
público, los CDR’s proclaman: “Independencia o barbarie”. Tienen la jeta
política de coger una cita de una revolucionaria como Rosa Luxemburgo
(Socialismo o barbarie) girarla totalmente y hablar de independencia,
como si fuera similar a socialismo, y de barbarie, que ellos están
provocando.
¿Y la izquierda?
¿Y la izquierda?
Lo que a mí más me sorprende es la actitud de bastantes colectivos de lo
que llamaríamos izquierda, “transformadora”, o no. En el PSC hay una
presencia importante de personas no nacionalistas, pero también
posiciones indiscutibles y, además, con cierto poder, que están entre el
nacionalismo y un catalanismo que, a veces, se aproxima mucho a él.
En
cualquier caso, yo conozco poco la realidad interna del PSC, y prefiero
hablar de ello poco y con respeto. Puedo hacerlo de la otra izquierda,
con más conocimiento de causa, porque he sido parte de ella durante
mucho tiempo. Empecé a militar a los 16 años y siempre he estado en los
núcleos de la izquierda comunista. Y en este campo, lo que está
ocurriendo me asombra, fundamentalmente por la incapacidad manifiesta
para pensar sobre la realidad. Algunas posiciones pudieron ser
razonables en su momento.
Cuando en España vivíamos en una dictadura
fascista se justificaba la lucha por los Estatutos de Autonomía, por la
lengua, e incluso que se mencionara la autodeterminación. Ahora, quien
vive en Cataluña sabe perfectamente que la lengua catalana no está en
absoluto perseguida. Y lo que le ocurre aquí a la izquierda respecto al
nacionalismo catalán es trasladable al conjunto de España.
¿A qué se puede achacar esta deriva hacia el nacionalismo? ¿Al despiste doctrinario de la izquierda a la hora de afrontar los nacionalismos? ¿A la fascinación por las masas movilizadas? ¿A un oportunismo político, desprovisto de atributos?...
Hay cuestiones que se toman como principios indiscutibles, como un matemático lo hace con axiomas o postulados que no se ponen en cuestión, como, por ejemplo, el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos. Una formulación así, creo que aún figura en los Estatutos del PCE. Si alguien piensa en la aplicación práctica de ese principio eso sería un mundo en llamas.
¿A qué se puede achacar esta deriva hacia el nacionalismo? ¿Al despiste doctrinario de la izquierda a la hora de afrontar los nacionalismos? ¿A la fascinación por las masas movilizadas? ¿A un oportunismo político, desprovisto de atributos?...
Hay cuestiones que se toman como principios indiscutibles, como un matemático lo hace con axiomas o postulados que no se ponen en cuestión, como, por ejemplo, el derecho a la autodeterminación de todos los pueblos. Una formulación así, creo que aún figura en los Estatutos del PCE. Si alguien piensa en la aplicación práctica de ese principio eso sería un mundo en llamas.
Esto sería un auténtico disparate. Si Cataluña
viviera una situación colonial, semi-colonial, de menosprecio,
persecución…, podría entenderse la autodeterminación ¿Qué tiene que ver
la situación real de Cataluña con estos postulados? Y, es más, quienes
hablan de la autodeterminación para Cataluña no dicen ni pío, por
ejemplo, del Sáhara o de Palestina.
Con la que está cayendo, una cierta izquierda, digamos nostálgica, parece volver a desenterrar el cofre del tesoro: catalanismo, inmersión lingüística, transversalidad, soberanismo… (en todo), como panacea.
Esta apología indocumentada de la inmersión lingüística que hace la izquierda es un sinsentido. Todo el mundo sabe, desde el punto de vista, no de la ideología, sino de la enseñanza que, si queremos conseguir una sociedad bilingüe en Cataluña, tenemos una solución ya practicada.
Con la que está cayendo, una cierta izquierda, digamos nostálgica, parece volver a desenterrar el cofre del tesoro: catalanismo, inmersión lingüística, transversalidad, soberanismo… (en todo), como panacea.
Esta apología indocumentada de la inmersión lingüística que hace la izquierda es un sinsentido. Todo el mundo sabe, desde el punto de vista, no de la ideología, sino de la enseñanza que, si queremos conseguir una sociedad bilingüe en Cataluña, tenemos una solución ya practicada.
Una
de las mejores escuelas de Barcelona, Aula, de la cual yo he sido
profesor, enseña hasta los 3 años en el idioma materno y, poco a poco,
se va introduciendo el otro idioma, de modo que, a los 6 años, todos los
niños son bilingües. Se cuidan los dos idiomas. No se prioriza uno solo
que, por añadidura, conlleva otras cosas como la forma de mirar la
historia, las costumbres… No se puede entender que la izquierda, que
tiene como espíritu la crítica, la capacidad de reflexión, no sea capaz
de pensar esto.
¿A que achacar las dificultades de la izquierda para entender y fijar una posición en lo que se ha dado en llamar, en general, la cuestión nacional?
Porque hemos idealizado bastante la capacidad de crítica y autocrítica de la izquierda. A veces estamos en posiciones dogmáticas, diciendo que son anti-dogmáticas ¿Cómo es posible que la izquierda del conjunto de España hable con lenguaje nacionalista? Hable de presos políticos y exiliados, del Estado español…
¿A que achacar las dificultades de la izquierda para entender y fijar una posición en lo que se ha dado en llamar, en general, la cuestión nacional?
Porque hemos idealizado bastante la capacidad de crítica y autocrítica de la izquierda. A veces estamos en posiciones dogmáticas, diciendo que son anti-dogmáticas ¿Cómo es posible que la izquierda del conjunto de España hable con lenguaje nacionalista? Hable de presos políticos y exiliados, del Estado español…
Sin ir más lejos, la única persona que en
la campaña electoral ha dicho algo relativamente sensato sobre los
presos ha sido Laura López, la candidata de En Comú-Podem por Gerona. Es
elemental, como dijo, que han vulnerado la ley y no les puede
idealizar. Y el cabeza de lista de la coalición, Jaume Asens, la
desautoriza.
¿La izquierda líquida, difusa, posmoderna, izquierdizante…, tan
de actualidad, sigue siendo lo que se ha venido entendiendo como
izquierda o es ya otra cosa?
Soy respetuoso con esta gente. Tienen, a veces, posiciones demasiado líquidas, pero la cuestión no está en el decir sino en el hacer, que es donde aparecen las diferencias. Si se hace balance de lo que ha ocurrido en la alcaldía de Ada Colau, en los aspectos sociales, sin decir que se hayan hecho maravillas, hay coincidencias, pero en el punto central que estamos viviendo, la imagen de Ada Colau dejándose fotografiar el 1O con un voto en blanco no refleja lo que es la mayoría de la gente de izquierdas en Cataluña. Rascando un poco, algunos exponentes de la izquierda no es que se hayan hecho nacionalistas, sino que ya lo eran.
Soy respetuoso con esta gente. Tienen, a veces, posiciones demasiado líquidas, pero la cuestión no está en el decir sino en el hacer, que es donde aparecen las diferencias. Si se hace balance de lo que ha ocurrido en la alcaldía de Ada Colau, en los aspectos sociales, sin decir que se hayan hecho maravillas, hay coincidencias, pero en el punto central que estamos viviendo, la imagen de Ada Colau dejándose fotografiar el 1O con un voto en blanco no refleja lo que es la mayoría de la gente de izquierdas en Cataluña. Rascando un poco, algunos exponentes de la izquierda no es que se hayan hecho nacionalistas, sino que ya lo eran.
Si se mira, por ejemplo, la historia del PSUC (que fue un gran partido
antifranquista, democrático, socialista, y todo lo que se le quiera
añadir) se ve que había corrientes nacionalistas. En el año 2015,
antiguos dirigentes y cuadros del PSUC, pidieron el voto para Junts per
Catalunya. La lluvia fina de la ideología dominante del nacionalismo
que, durante cuarenta y tantos años ha estado cayendo en Cataluña, acaba
calándonos a todos. Y sacando de nuestro yo lo peor.
¿La mutación social, producto de los nuevos modos de producción, el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, etc. puede estar contribuyendo al auge de los nacionalismos y del populismo?
Improvisando, se puede decir que la lucha de clases existe, que la está perdiendo la gente trabajadora y que su situación es peor que la de hace cuarenta años. Parece una barbaridad decirlo, pero las condiciones laborales durante el fascismo eran mejor que las que tienen ahora muchas personas. Ante esto, la izquierda ha hecho lo que ha podido. No es fácil. Cuando uno solo piensa en poder vivir, se olvida del sindicalismo y de casi todo. Y la izquierda también se mete en luchas que no son las suyas.
¿Cómo, por ejemplo?
Hay un sector de la izquierda revolucionaria cuyo papel no es malo, sino peor, que es el troskismo en sus diferentes variedades. No entiendo su incapacidad para entender lo más elemental, su apoyo, consciente o inconsciente a las fuerzas nacional-secesionistas, que no tienen nada que ver con la izquierda. " (Entrevista a Salvador López Arnal, Peru Erroteta, elTriangle, 30/11/19)
¿La mutación social, producto de los nuevos modos de producción, el desarrollo de las tecnologías de la comunicación, etc. puede estar contribuyendo al auge de los nacionalismos y del populismo?
Improvisando, se puede decir que la lucha de clases existe, que la está perdiendo la gente trabajadora y que su situación es peor que la de hace cuarenta años. Parece una barbaridad decirlo, pero las condiciones laborales durante el fascismo eran mejor que las que tienen ahora muchas personas. Ante esto, la izquierda ha hecho lo que ha podido. No es fácil. Cuando uno solo piensa en poder vivir, se olvida del sindicalismo y de casi todo. Y la izquierda también se mete en luchas que no son las suyas.
¿Cómo, por ejemplo?
Hay un sector de la izquierda revolucionaria cuyo papel no es malo, sino peor, que es el troskismo en sus diferentes variedades. No entiendo su incapacidad para entender lo más elemental, su apoyo, consciente o inconsciente a las fuerzas nacional-secesionistas, que no tienen nada que ver con la izquierda. " (Entrevista a Salvador López Arnal, Peru Erroteta, elTriangle, 30/11/19)
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