"(...) La portavoz del Govern,
Meritxell Budó, se negó recientemente en una rueda de prensa a contestar
preguntas solo en castellano. La pregunta es: ¿Cómo hemos podido llegar
a esta situación?
Lo ideal para Budó sería que le preguntaran en un
idioma en el que no tuviera que responder. En Cataluña, determinados
cargos parecen creados para no responder a las cuestiones fundamentales.
Sencillamente, esta señora no tiene ni idea de lo que es la política.
Es alguien que ha ido medrando exclusivamente por corrimiento de
escalafón. Es el mismo caso de Torra, al que los nuevos ungidores de la
política le asignaron el cargo diciéndole: “Tú vas a servir para esto”.
Pero Torra es un personaje que en cualquier otro
contexto tendría dificultades para sobrevivir. Un editor de ínfima
cuantía y culturalmente anclado en el pasado. Eso sí, es un hombre de
misa diaria. Y ya se sabe que en Cataluña, para ser buen catalán, tienes
que ir a misa todos los días. Sin ir más lejos, tengo un amigo que
comparte misa todas las mañanas con Pujol y me cuenta que en ocasiones
el resto de feligreses termina aplaudiéndole.
El defensor del Pueblo ha
instado al Govern ha retirar los lazos amarillos de los edificios de la
Generalitat. ¿Pueden considerarse dichos lazos “libertad de expresión”
como aducen los separatistas?
Eso es una estupidez, porque si significaran lo
contrario no los pondrían. Los colocan porque se corresponden con su
pensamiento. Además, como tienen sobre la Generalitat un sentimiento de
propiedad como el que tenían los Pujol —recuerde a Ferrusola: “¡Nos
echan de nuestra casa!”— consideran lícito poner banderas, catafalcos y
lo que se les antoje.
Otra de sus prerrogativas es repartir carnés de
catalanidad. Pujol le dijo a Borrell que él podía haber nacido en
Cataluña pero que no era un buen catalán. Un estigma que recuerda a los
que dispensaba Franco. No en vano, la concepción del poder en ambos es
muy similar. Esto es, usarlo en beneficio de la familia y para contentar
a la gente engañándola. Lo curioso en el caso de Pujol es que logró
engañar a mucha gente.
Recuerdo cuando Manuel Vázquez Montalbán protestaba porque llamaban corrupto al president. ¿En qué momento Montalbán pasó de ser un charnego a un polaco? Que es otra de esas etiquetas que siempre me ha sorprendido. Yo hice la mili con catalanes y nadie les llamaba polacos.
Los nacionalistas han llegado al absurdo de inventarse los insultos que
son de su agrado. Lo cierto es que hay charnegos que han hecho el
tránsito de esta condición a la de polaco. Es un tránsito de clase. Eso sí, normalización lingüística mediante. (...)" (Entrevista a Gregorio Morán, El Catalán, Óscar Benítez, 28/06/19)
No hay comentarios:
Publicar un comentario