"(...) La razón de la xenofobia es compleja y quizá la única manera de combatir
el nacionalismo sea encarar paciente y largamente a los xenófobos ante
su rasgo.
Exactamente lo contrario de lo que se ha hecho en España
donde, después de cuatro décadas, la xenofobia ha alcanzado cotas altísimas de prestigio.
Aunque disfrazada, obviamente, de hecho diferencial, de sentimientos
inalienables o de cualquiera de esas retóricas por las que una idea
maligna consigue camuflarse y vencer.
Entre las modalidades de la
xenofobia, la lingüística ha ocupado un lugar preponderante. Y lo ha
hecho de manera sutil, casi inadvertida. (...)
Decir que el catalán es la lengua exclusiva y natural de Cataluña implica asumir algunas cosas de gran importancia. La fundamental, que Cataluña es algo distinto de los catalanes.
En 1979, como cuarenta años después, la lengua materna de la mayoría de
los catalanes es el español.
De lo que resulta un desacuerdo: el grupo
de ciudadanos de lengua materna catalana encaja con la lengua del
territorio, a diferencia de lo que sucede con el grupo -¡mayoritario!-
de ciudadanos de lengua materna castellana.
La construcción lingüística de las comunidades autónomas se ha basado en una legitimidad predemocrática,
en la convicción manifiesta de que las lenguas son -sí- de los
territorios antes que de las personas. En Cataluña, singularmente, la
consecuencia ha sido taxativa: la organización lingüística de la escuela
y los medios se ha hecho al margen de la lengua materna mayoritaria de
sus ciudadanos. (...)
Nuestra autora tiene también un plan para la lengua impropia de las
comunidades. El plan del 30 por ciento: la cultura, la educación, el
perfil del funcionariado deben estar veteados de lengua impropia al
menos en un 30 por ciento. Es decir, que la inmersión lingüística catalana
debería dejar paso a un modelo educativo donde el 30% de la enseñanza
se realizara en castellano.
¡Parece un avance! Sin embargo hay una
difícil pregunta a la que no he encontrado respuesta en el libro. Un
52'7% de catalanes tiene el castellano (un 31% el catalán) como lengua
materna. ¿Cómo podría explicar Vilarrubias la impropiedad del 22,7 que
va desde su propuesta del 30% castellano hasta la realidad estadística de un 52,7%, de catalanes de lengua materna castellana? No podría. (...)
Ni en la Constitución ni en ningún Estatuto se dice del español que sea
lengua propia de alguien. La razón es que es la lengua del otro (...)" (Arcadi Espada , El Mundo, 14/07/19)
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