"Una conjura, una ayuda mutua para mantener “la
resistencia” y para “combatir las mentiras y las quimeras” del
independentismo. No es el momento de “tocar el violín”, sino de
mostrarse firmes en las convicciones al lado de “la democracia”. Eso se
vivió este lunes en el Espai Veïnal Calabria 66, con viejos militantes
de la izquierda y jóvenes inquietos y con una fuerte presencia del mundo
judicial.
Querían escuchar al exfiscal Carlos Jiménez Villajero, que, acompañado del periodista Antonio Franco y del presidente de Federalistes d’Esquerra, el catedrático de Ciencia Política, Joan Botella,
insistió en su posición:
“Hubo rebelión, y no me gusta que nadie esté
en prisión, pero tampoco me gusta que se cometieran delitos, y que se
quisiera desmontar la Generalitat y crear un Estado propio aprovechando
el poder, el dinero y los Mossos d’Esquadra, y eso comenzó a pasar, al
menos, desde 2013”.
Jiménez Villarejo presentó su libro Catalunya, mitos y resistencias, (El Viejo Topo), que recoge una selección de sus colaboraciones periodísticas (...)
Citó resoluciones parlamentarias, documentos de la ANC y Òmnium Cultural,
documentos del Govern y declaraciones públicas. “Lo que ha habido es el
intento de desmontar la Generalitat, y constituir un estado, con la
pasividad, eso hay que decirlo, del Estado”. (...)
“Lo que no se concibe es que desde un cargo electo, que se debe a todos
los ciudadanos, se cometan actos delictivos y se actúe con esa
deslealtad”, señaló Villarejo. (...)
Pero la propaganda independentista tiene incidencia entre la ciudadanía. Los comentarios de los asistentes reflejaron esas dudas, con la mención de los últimos “logros” del independentismo, o de los problemas internos de la justicia española.
La última ha sido la consideración por
parte del Partido Comunista Francés
(PCF) de “presos políticos” respecto a los políticos independentistas
encarcelados y el anuncio de que una delegación los visitará el 30 de
noviembre en la cárcel de Lledoners.
La vieja izquierda, la combativa,
la misma a la que perteneció Villarejo, no entiende ahora esa
“comprensión” de algo que se ve tan claro desde Cataluña, por parte de
los no independentistas. (...)
El exfiscal lo remachó: “Va a ganar la democracia, en las urnas, esto se
va a ganar, pero hay que resistir y combatir las mentiras de los
independentistas”. (...)
¿Indultos?
Las cosas van apareciendo, las cuestiones sobre la gestión diaria, los recursos que se emplean en cada ámbito, las contradicciones internas del propio independentismo. Todo debería llevar a los no independentistas a pensar que la situación se puede revertir. Pero….
Algunos asistentes mostraron, de nuevo, sus dudas,
sus miedos, al entender que existe un cambio en los últimos meses que
indicaría un cierto pacto, una política conciliadora que llevara a una
amnistía o a indultos. En ese momento, se mencionó al PSC, y a las
palabras de Miquel Iceta sobre los posibles indultos en el futuro.
En un ambiente proclive a los socialistas, y a formaciones a la izquierda del PSC, Villarejo
negó la mayor. “No veo en el horizonte esos cambios, las cosas en el
ámbito judicial parecen claras, y me gustaría que se leyera ese auto del
juez Llarena, y que no sólo quede como una lectura entre juristas,
porque se explica muy bien todo lo que se hizo y se intentó hacer”.
Abrazos, y conjura fraternal, la de una izquierda que
cree que el proyecto nacionalista desde 1980 ha acabado por provocar el
proceso soberanista. Uno, tal vez el que más, que lo combatió, fue
Villarejo, que sigue sin comprender “cómo Hacienda no supo o no vio, o
se desentendió sobre la cuenta que tenía Jordi Pujol
fuera de España, y que no se conoció, y porque él mismo lo explicó,
hasta 2014”, en referencia a la supuesta “deixa” que el expresident
admitió disponer en una cuenta bancaria en Andorra, y que algunos
juristas y periodistas han vinculado con el caso Banca Catalana.
Villarejo no pudo evitarlo, y mencionó a Antonio Gutiérrez Díaz, cuando definía el “catalanismo popular” en 1980, como dirigente del PSUC,
al establecerlo como antítesis del “actual nacionalismo de derechas”, y
que recoge en el libro: “La Catalunya de hoy es la Catalunya de todos y
no dejaremos que nos la arrebaten aquellos que con nacionalismos
extremos y provocadores quieren utilizar la bandera catalana para
esconder sus intereses de clase. (…) No debemos caer en la trampa de
dejarla en manos de aquellos que la quieren para disimular que las
tienen sucias”. (Manel Manchón, Crónica Global, 27/11/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario