"Han
sonado las alarmas bien temprano, cuando casi todo el mundo se dirigía a
las escuelas, a los trabajos o en las reuniones del día. Habían entrado en el Departamento de Economía. Habían detenido varios altos cargos del gobierno. La información que corría era muy confusa, pero ya se veía que la cosa iba en serio.
Poco a poco, se sabían más informaciones. Habían entrado en los despachos de Lluís Salvadó, secretario de Hacienda, y de Pere Aragonés, secretario de Economía. Entre los detenidos, corría el nombre de Josep Maria Jové, secretario general del departamento presidio por Oriol Junqueras. Las entidades soberanistas llamaban a la movilización. Ya había bastante gente que se había plantado frente a la sede del departamento, en la Rambla de Cataluña, en Barcelona.
Empezaba
a circular nueva información: también habían asaltado el CTTI, la
Consejería de Exteriores, la empresa T-Systems ... El presidente
Puigdemont convocaba una reunión de urgencia con miembros del gobierno
en el Palau de la Generalitat. Algunos manifestantes cortaban la Via Laietana. Otros, con la llamada de Jordi Sánchez (ANC), cortaban la Gran Vía de las Cortes Catalanas.
La presidenta Carmen Forcadell esperaba al parlamento para tomar decisiones importantes si correspondía. Había que tener la cabeza bien fría ante una agresión de esta magnitud. La
expresión que empezaba a hacer fortuna en las redes y entre la gente
movilizada: golpe de estado a la democracia y a la Generalidad.
La
llamada a la movilización se extendía y la Rambla de Catalunya con
Gran Vía se llenaba de una multitud que no está dispuesta a permitir
este golpe. Miles de personas con banderas, colgaduras reivindicando democracia, carteles de todo tipo ... no cabe un alfiler. El ambiente es fuerte. Concentración concentrada y rotunda. Al frente, figuras de la política, el pensamiento y la cultura.
'No pasarán', es uno de los gritos más repetidos. Dicen que Jové y dos detenidos del Departamento de Economía no están en
el edificio, que los han detenido en otro lugar y que los quieren
llevar para poder registrar su despacho.
Esta es la orden del juez que ha autorizado el golpe.
Con esta información, la multitud se conjura: 'no les dejaremos pasar y no podrán salir de aquí'. La puerta del departamento se abre de vez en cuando para dejar entrar o salir algún trabajador. Los gritos ensordecedor llenan el aire sin dejar ni siquiera respirar. Hay un griterío absoluta. No pasan veinte segundos sin que algún canto, alguna proclama o alguna canción resuena en nuestros tímpanos.
'Dónde está Coscubiela', hace fortuna entre la gente. Albano Dante hecho, uno de los que ha llegado más temprano a la concentración, ríe sin esconderse. Tremosa
clama a la multitud con otro grito: '¿Dónde está Europa?' También se canta
'L'estaca' y las tonadas ya clásicas de la Eléctrica Dharma.
Los manifestantes no paran ni un segundo. La disposición a plantarse 'porque ya basta, ya no aceptamos más agresiones' es completa. Los mossos han hecho una hilera ante los agentes de la Guardia Civil de guardia en la puerta.
El
mensaje es claro: son los mozos los que protegen los edificios del
gobierno y se hacen cargo de la seguridad en la vía pública. Las
flores, claveles blancos y rojos, saltan por encima de esta hilera de
mozos y van a parar a las boinas de los de color verde.
Caras de malas pulgas de los asaltantes de nuestras instituciones. Unos
cuantos hombres entrenados para cazar criminales peligrosos y
yihadistas hacen guardia delante de gente que les da flores, sonríe y
canta canciones. Pero ellos tienen que aguantar el tipo. Hacen el ridículo en nombre de un estado que se muestra dispuesto a todo y más.
Han llegado también abogados del colegio vestidos con las togas para apoyar a los afectados del departamento. Hoy se produce un golpe de estado. Un gobierno extranjero quiere sustituir el gobierno que ha decidido el pueblo de Cataluña. Quieren intervenir las instituciones y suspender la autonomía.
Quieren suspender la autonomía sin pasar por el parlamento. Con la fuerza policial. Abogados, políticos, artistas, intelectuales, profesores, estudiantes y más gente se planta hoy ante la agresión. Como ha ocurrido siempre en cualquier revolución.
Convicción, civismo, firmeza, ilusión: 'Vo-ta-mos, vo-ta-mos', grita la multitud. Y 'nuestras armas, son las urnas', mientras una urna flota por encima de la multitud con la inscripción: 'España, éste es su problema', en inglés. No hay vuelta atrás. No hay retorno. El estado español ha escupido a la democracia y a las instituciones catalanas.
Y este nueva escupitajo ha colmado el vaso. La determinación de la gente que ha llegado a defender las instituciones y la democracia es definitiva. No se irán. Será un día largo. Habrá que tomar decisiones. La buena información ahora es decisiva. Hoy es el día. Hoy puede ser el día." (Pere Cardús, VilaWeb, 20/09/17)
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