12/11/18

Pactar con la burguesía catalana privilegios para el nacionalismo es una traición a la clase obrera en Cataluña, que claramente no es secesionista...

"(...) Cada vez que los CUPaires o los EnComú-Podemitas afirman que la burguesía catalana es españolista, como justificación de su apoyo al secesionismo, en base al colaboracionismo que esa burguesía mostró durante el franquismo, te convences del pobre análisis que encierran sus palabras o de la repetición de un meme aprehendido.

 Es evidente que para que esa afirmación se sostenga es necesario afirmar que seguimos en pleno franquismo. Situación intelectualmente cómoda para no ahondar en las propias contradicciones de su relato, sobre todo en lo referente a la clase trabajadora que dicen defender.

El nacionalismo no cabe dentro de la izquierda, los dogmas que algunos esgrimen para reclamar el derecho de autodeterminación de Cataluña están desfasados de la realidad, no tanto por el tiempo transcurrido de los debates de Lenin y Rosa Luxemburgo sobre el tema –plenamente vigentes–, sino por su lectura tendenciosa y desactualizada. 

Hablar hoy de Cataluña como de una sociedad oprimida, y de España como de una sociedad franquista, es el resultado de una visión sesgada y maniquea de la realidad. Ello no quiere decir que la situación sea idílica. 

Al contrario: las situaciones de desigualdad se dan en toda España, y podríamos decir que Cataluña, en conjunto, no es la peor parada, dado su nivel de desarrollo junto a otras autonomías como Madrid, País Vasco, Valencia o Baleares, frente a otras comunidades con índices de desarrollo humano muy por debajo de la media nacional. Es hora de que en Cataluña nos dejemos de mirar tanto el ombligo y levantemos la mirada hacia nuestros conciudadanos.

La izquierda empecinada marcha con las orejeras del nacionalismo a su propio caos y desnaturalización. El problema es que deja huérfanos políticos a los más desprotegidos.  (...)

Quien reclama la diferencia de derechos, está reclamando privilegios de hecho. La diversidad es un hecho, la igualdad un derecho.

(...) Pactar con la burguesía catalana privilegios para el nacionalismo es una traición a la clase obrera en Cataluña, que claramente no es secesionista."

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