"(...) vamos a revisar algunos de los elementos -en absoluto exhaustivos,
pero sí significativos- que conforman la razón de la acusación y que
deberán ser dilucidados en juicio, así como su valoración última:
a. ¿La secesión no se hizo efectiva porque el
Gobierno de la Nación puso en marcha el artículo 155, como el mismo
separatismo admite?
Es decir: ¿el separatismo desistió de hacer efectiva
la secesión porque la “coerción federal” del artículo 155 contenía tal
potencia que desbarató la secesión unilateral?
En tal caso, sin
prejuzgar nada, he de decir que le están haciendo el juego a la
acusación: si el 155 impide o hace desistir a los acusados de hacer efectiva la secesión, nos están diciendo que por supuesto se tenía la intención de tomar el control efectivo del territorio,
pero que la acción del Gobierno abortó dicha toma. O sea, que el plan
estaba en plena ejecución a falta de su cristalización final.
b. ¿Y cómo se toma el control del territorio cuando declaras unilateralmente la independencia?
No sé, ¿desplazando mediante la fuerza
a la autoridad hasta ese momento vigente? Como por las buenas no será
-es unilateral- tendrá que ser por las malas; y, además, tendrás que
imponer tu poder de coerción -el monopolio de la violencia- al conjunto
de la población. Vaya, que si es de otra manera ya me informaréis.
Es
decir: ¿una secesión unilateral supone, en sí misma, el uso de la
fuerza? El ejemplo clásico que manejábamos por aquí el año pasado: se
presenta una pareja de Mossos en el aeropuerto y le dice muy
educadamente a un Guardia Civil “apártese, que nos ponemos nosotros“; y el Guardia Civil, también con exquisita educación contesta “en absoluto, compañeros, no pienso retirarme“.
Entonces, una de dos: o se entabla una absurda repetición infinita a
ver quién se cansa antes o bien los Mossos intentan desplazar al agente
de su lugar.
c. Contraargumentación a los anteriores puntos 1 y 2: “es que, en realidad, nunca hubo intención de tomar el control del territorio ni hacer efectiva la secesión“.
A ver, repítamelo: “nunca hubo intención de tomar el control“.
No, a mí no me lo repita, se lo repita a los dos millones de personas
que dieron apoyo a la causa secesionista. Pero de forma abierta y
sincera, sin engaños ni ambigüedades. Dígalo: “les engañamos“.
Bueno, si es así, absolución directa de rebelión, conspiración para la
rebelión o sedición. Lo que pasa es que la cosa está algo difícil para
creérsela, porque no hay más que repasar un poco la hemeroteca y esta
entrevista, entre muchísimos otros documentos, a Josep Rull en Vilaweb en octubre de 2016:
“—Treballeu perquè la Generalitat pugui controlar efectivament ports i aeroports l’endemà de la independència?
—Sí, efectivament. Controlar-ho tot. I aquesta feina és poc coneguda però hi destinem molts esforços i molt temps.“.
A ver: o era verdad que había un plan para hacer efectiva la
secesión, plan que fue desbaratado por el 155, o Rull mentía con todo el
descaro a unos dos millones de personas. Dejo escoger la versión que
más guste al lector.
La primera, conduce peligrosamente a alguno de los
tipos penales por los que está acusado, precisamente, Rull; la segunda,
conduce a eso de que los separatistas han sido vilmente engañados. La
elección es libre.
d. Esto aparece en el escrito de acusación de Fiscalía:
“…las
autoridades de la Generalitat tenían preparado –para su aprobación
inmediata- todo un paquete de normas que desarrollaban el nuevo marco
jurídico de la República, el despliegue de las estructuras
administrativas necesarias para el funcionamiento del nuevo estado, y un
plan para garantizar que los Mossos d’Esquadra asumiesen la
seguridad de todas las infraestructuras y el control efectivo de todo el
territorio de la Comunidad Autónoma“. Evidentemente, carezco de elementos de prueba para afirmar que esto sea así y, en realidad, deberá ser demostrado en juicio.
Ahora bien, ahí va otra pregunta: en caso de que se demuestre lo que
se dice en este párrafo, ¿significa que, efectivamente, existía un plan
para tomar el control del territorio y, por lo tanto, desplazar a la
autoridad hasta el momento vigente y sustituirla por otra, incluso
ejerciendo el monopolio de la violencia como nuevo poder frente a la
población? Y como reflexionaba antes: ¿era posible tomar el poder
unilateralmente sin ejercicio de la fuerza?
Al respecto de este apartado, una noticia de El Confidencial: “El Govern tenía listos 41 decretos para invadir todas las competencias del Estado tras la DUI“.
e. Las declaraciones de independencia de 10 y 27 de octubre.
Se ha afirmado que, total, eran declaraciones sin un verdadero poder
real. Si esto es así, ¿por qué razón se llevan a cabo? ¿Cuál era el
objetivo de expresar una supuesta mera voluntad o aspiración, sostenida
-es un decir- por un reguero de actuaciones ilegales y abiertamente
contrarias al ordenamiento jurídico?
¿No sería, acaso, la intención de
esas declaraciones -junto con todos los hechos antecedentes- la de
lograr una secesión por la vía de hecho, contando con la movilización de
esa gente tras la que claramente se parapetaron las clases dirigentes?
Porque, si no se parapetaron, ¿cómo es que ese movimiento “espontáneo”
del 20 de septiembre de 2017 no se repitió el 27 de octubre de 2017? ¿No
será, acaso, que los seguidores secesionistas se movían según les
dictaban y lo que sucede es que ese día -155 mediante- no se les
movilizó, pese a que muchos estaban esperando instrucciones vía Whatsapp
o Telegram?
Al respecto, y sobre las movilizaciones, hoy me he topado con un
documento interesantísmo sobre su espontaneidad. Me refiero al 20 de
septiembre. Es una pieza escrita por Pere Cardús, a quien el consenso
del blog le atribuye una fiabilidad… una fiabilidad… digamos la
fiabilidad que le atribuimos es unánime. El 20 de septiembre de 2017,
Cardús escribió esta espléndida crónica con valiosísimos pasajes: “(…) Les entitats sobiranistes feien una crida a la mobilització.
Ja hi havia força gent que s’havia plantat davant la seu del
departament, a la Rambla de Catalunya, a Barcelona. (…) Alguns
manifestants tallaven la Via Laietana. Uns altres, seguint la crida de
Jordi Sànchez (ANC), tallaven la Gran Via de les Corts Catalanes.
(…) Diuen i corre que Jové i dos detinguts més del Departament
d’Economia no són a l’edifici, que han estat detinguts en un altre lloc i
que els volen dur al seu despatx per a poder escorcollar-lo. Aquesta és
l’ordre del jutge que ha autoritzat el cop. Amb aquesta informació, la
multitud es conjura: ‘No els deixarem passar i no podran sortir d’aquí.’“.
Oh,
vaya, qué casualidad, la crónica de Cardús coincide con la famosa
noticia -al menos, en el blog- firmada por Oriol March ese mismo día: “Els manifestants bloquejaran la Guàrdia Civil si s’endú papers d’Economia“.
CONCLUSIÓN.
Obviamente, el asunto es muchísimo más
complejo que unos cuantos párrafos y varias preguntas; por muchas
vueltas que se le dé no resolveremos nada. Lo mejor, sin duda, es el
punto o letra c, que da bastante juego y sintetiza muy
bien lo vivido: tragedia o farsa para lo que, provisionalmente, está
calificado como rebelión frente a unos que “no hicieron nada”, pero
tenían planes de “hacerlo todo”.
En cualquier caso, lo vivido en los meses de septiembre y octubre de
2017 fue mucho peor de lo que es capaz de transmitir un escrito de
calificación provisional, sea un delito, otro o ninguno." (Cita Falsa, 08/11/18)
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