"Alumnos vascos de entre 15 y 18 años —de 4º de la ESO y 2º de Bachillerato— estudiarán en el último trimestre de este curso la historia reciente de Euskadi (1960-2018) y los efectos del terrorismo de ETA.
El Gobierno vasco ha elaborado la unidad didáctica Herenegun (Anteayer) con la finalidad de que el alumnado llegue a la conclusión de que “matar fue una barbaridad y que violar los derechos humanos nunca está justificado”, afirma Jonan Fernández,
secretario de Derechos Humanos del Gobierno vasco. Nadie había
discutido la iniciativa pedagógica de este proyecto piloto hasta que se
ha conocido su contenido.
Una veintena de asociaciones de víctimas del terrorismo han exigido su retirada inmediata, y el PP y los socialistas, socios del PNV en el Ejecutivo autonómico, echan en falta una deslegitimación de la banda armada.(...)
Una veintena de asociaciones de víctimas del terrorismo han exigido su retirada inmediata, y el PP y los socialistas, socios del PNV en el Ejecutivo autonómico, echan en falta una deslegitimación de la banda armada.(...)
Expertos historiadores e investigadores consultados
por este diario coinciden en que el resultado final no es acertado. “Hay
una ausencia crucial: ¿Por qué mataron los terroristas de ETA? ¿Por qué
tardamos tanto en llamarles asesinos?”, opina el filósofo y doctor en
Ciencias Políticas Martín Alonso Zarza.
“El relato del pasado no consiste solo en lo que se cuenta, sino también en lo que se omite. Llama especialmente la atención la ausencia de referencias a los amenazados
y extorsionados, los desterrados o los escoltas.
Toman la palabra las
víctimas más cercanas a la postura del Gobierno vasco y se obvia a las
más combativas”, afirma María Jiménez, investigadora y profesora de
Periodismo de la Universidad de Navarra. Herenegun
consta de cinco vídeos que fueron estudiados y corregidos por un equipo
de “asesores editoriales” formado por el reputado historiador Juan
Pablo Fusi; la filóloga Mari Carmen Garmendia, exconsejera de Cultura
con Ardanza e Ibarretxe; y el periodista Mariano Ferrer.
Fueron emitidos
en la televisión pública vasca, recuerda Fernández, sin recibir “ninguna crítica, pega u objeción”. Profesores y alumnos
manejarán, además, unos cuadernos en las seis sesiones de que constará
el programa educativo, que hace una síntesis histórica del periodo que
va desde el nacimiento de ETA hasta su disolución.
“La lectura de las unidades genera dos impresiones
inmediatas”, comenta el doctor en Historia y profesor en la UPV Antonio
Rivera. “Por un lado, una difuminación de lo principal, una sensación de
que no se explica lo ocurrido; y por otro, produce frialdad y falta de
empatía”. (...)
“En Herenegun, ETA es la
protagonista, seguida a distancia por el resto del nacionalismo vasco,
mientras que el mundo no nacionalista apenas existe, ni tampoco las
víctimas de ETA”, sostiene José Luis de la Granja, catedrático de
Historia de la UPV.
“No se pone el énfasis en una cuestión fundamental”,
según el historiador José Antonio Pérez, autor de un macroestudio sobre
el terrorismo en Euskadi: “ETA otorgó a sus víctimas un contenido
político. No solo vulneró sus derechos, sino que lo hizo porque impedían
que la banda impusiera su proyecto político de corte totalitario”.
Los historiadores son críticos con la teoría sobre el
origen de ETA que se defiende en el material educativo. De la Granja
constata que “se mantiene la tesis de que ETA nació contra Franco,
cuando gran parte de la historiografía actual sostiene que en realidad nació contra España.
Así se explica que el 95% de sus 853 asesinatos los cometiese después
de la muerte de Franco, la mayoría de ellos contra la democracia
española y la autonomía vasca”.
A esto añade Pérez que "las últimas
investigaciones sobre ETA han corroborado que su voluntad de matar fue
una decisión libre de sus militantes, no la consecuencia inevitable de
la represión que sufrió el pueblo vasco”. (...)
En los vídeos son entrevistadas seis víctimas de ETA (ninguna de Covite o
la AVT) y otros tantos exmiembros de ETA, cuatro damnificados por
abusos policiales y una víctima de los GAL. Tienen voz ocho políticos
nacionalistas (cinco del PNV y tres de la izquierda abertzale), tres
socialistas y dos del PP. (...)
¿Tiene que escribir el Estado, sus gobernantes, la historia?, se
pregunta Rivera de la UPV. Y contesta: “No. Si de lo que se trataba era
de hacer una cronología, un relato historiográfico al uso, podíamos
haber esperado un tiempo a que los historiadores, en un proceso
habitual, hiciesen su trabajo por natural actuación”.
Martín Alonso
sitúa como "autor", "protagonista" y "responsable" de la unidad didáctica a Jonan Fernández, a quien atribuye el empleo de “un repertorio de sintagmas"
que la sociedad vasca terminó asumiendo, como la idea del “empate
infinito", la “defensa incondicional" del diálogo, la crítica a las
medidas judiciales y policiales, y la fórmula del "final ordenado sin
vencedores ni vencidos". (...)
La factura de los vídeos es cinematográficamente
impecable, cuidada en todos los aspectos, desde la música hasta los
escenarios o los encuadres. Se basan sobre todo en testimonios que
tratan de recoger todos los puntos de vista, desde las víctimas hasta
antiguos etarras o políticos vascos de todo el espectro.
Esa es a la vez
su virtud y su problema, porque muchas de las cosas más terribles que
ocurrieron en Euskadi durante los años de amenazas y crímenes de ETA no
se pueden contar con palabras.
Transcurrieron en el silencio del miedo y
el terror, en la opresión que se vivía en los pueblos pequeños —que tan
bien describe Fernando Aramburu en Patria—.
Muchos de los reproches de colectivos de víctimas o intelectuales están
relacionados con lo que no aparece —apenas reciben espacio los que
protagonizaron la resistencia cívica contra ETA, jugándose la vida a
diario—, pero también con ligar los orígenes de ETA a la resistencia
antifranquista y la lucha contra la dictadura, o con el espacio que
reciben las torturas y los crímenes de Estado como si pudiese haber
algún tipo de equivalencia.
Tras ver las casi dos horas del documental didáctico
puede dar la impresión de que el contexto acaba por camuflar lo que
ocurrió fundamentalmente durante décadas: una historia de víctimas y
verdugos con más de 800 víctimas mortales a manos de una banda
terrorista." (Mikel Ormazabal , El País, 05/11/18)
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