8/11/18

El territorio de la vieja Cataluña carlista del siglo XIX coincide, a grandes rasgos, con el del independentismo más duro... hay es una coincidencia de espacio, que entronca con el conservadurismo sociológico. Hay una parte de Cataluña que en el XIX era refractaria al cambio y hoy, en el siglo XXI, sigue siéndolo.

"(...)Durante las guerras del siglo XIX, Berga y Olot, su pueblo natal, llegaron a convertirse en capitales del carlismo catalán. ¿Se puede trazar una continuidad entre el mapa carlista en Cataluña y el territorio donde el independentismo es hoy fuerte?
Si sólo miramos el mapa, sí. El territorio de la vieja Cataluña carlista del siglo XIX coincide, a grandes rasgos, con el del independentismo más duro. Es aquello que Balmes denominó "montaña catalana": desde Berga y Solsona hasta Vic y Manresa pasando por Olot. 
El propio Puigdemont es de Amer, un pueblo de Girona. Estuvo en Convergència, pero tenía buenos contactos con la CUP. Por eso se mueve bien en esos ambientes y con esas compañías. Puigdemont es difícil de entender si no se conoce el microclima de la ciudad de Girona. No sé como Santi Vila, a quien yo di clases, pudo fiarse de él.
 En todo caso, no se puede establecer una continuidad entre carlismo y catalanismo. Lo que sí hay es una coincidencia de espacio, que entronca con el conservadurismo sociológico. Hay una parte de Cataluña que en el XIX era refractaria al cambio y hoy, en el siglo XXI, sigue siéndolo. Es una Cataluña "enamorada de sí misma", como decía Adolf Tobeña. Para entendernos: ERC y la CUP también son profundamente conservadoras, aunque se presenten con la etiqueta de izquierdas.  (...)
¿Cataluña, como sostuvo García Cárcel, es una sociedad enferma de pasado?
 
Sí, porque el nacionalismo catalán ha sido hegemónico, teniendo en cuenta que una parte de la sociedad siempre ha estado callada. La historia y la lengua son las dos principales patas del nacionalismo catalán. Todo se juzga en base a la historia. 
El relato nacionalista gira alrededor de la búsqueda de una nación, que ya existía en la época de los condes y cuyos momentos de debilidad sólo se han producido cuando Castilla, es decir, España, ha intentado cargársela. Para ellos, todo es continuidad. 
Por eso dicen que Cataluña es una de las naciones más antiguas de Europa, o establecen una continuidad entre la Diputación del General y la Generalitat, o se saltan la Corona de Aragón, o aseguran que en siglo XVII Cataluña caminaba hacia la democracia. Y no sé cómo no se atreven a hablar del primer homínido como el primer catalán de la Historia... 
Junqueras escribió que los catalanes somos genéticamente superiores al resto de españoles. 
 
Sí, cierto. Han creado un relato que lleva a la siguiente conclusión: tenemos una nación, por tanto, sólo nos falta ser un Estado.(...)
 
 Los nacionalistas recrean símbolos y tradiciones, pero la clave en el uso de estas herramientas de propaganda es la televisión pública. Sin la tele no se entiende el 'procés'.  (...)"           (Entrevista a Jordi Canal, historiador, El Mundo, 13/10/18)

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