"(...)Durante las guerras del siglo XIX, Berga y
Olot, su pueblo natal, llegaron a convertirse en capitales del carlismo
catalán. ¿Se puede trazar una continuidad entre el mapa carlista en
Cataluña y el territorio donde el independentismo es hoy fuerte?
- Si sólo miramos el mapa, sí. El territorio de la vieja Cataluña carlista del siglo XIX coincide, a grandes rasgos, con el del independentismo más duro. Es aquello que Balmes denominó "montaña catalana": desde Berga y Solsona hasta Vic y Manresa pasando por Olot.
- El propio Puigdemont es de Amer, un pueblo de Girona. Estuvo en Convergència, pero tenía buenos contactos con la CUP. Por eso se mueve bien en esos ambientes y con esas compañías. Puigdemont es difícil de entender si no se conoce el microclima de la ciudad de Girona. No sé como Santi Vila, a quien yo di clases, pudo fiarse de él.
- En todo caso, no se puede establecer una continuidad entre carlismo y catalanismo. Lo que sí hay es una coincidencia de espacio, que entronca con el conservadurismo sociológico. Hay una parte de Cataluña que en el XIX era refractaria al cambio y hoy, en el siglo XXI, sigue siéndolo. Es una Cataluña "enamorada de sí misma", como decía Adolf Tobeña. Para entendernos: ERC y la CUP también son profundamente conservadoras, aunque se presenten con la etiqueta de izquierdas. (...)
- ¿Cataluña, como sostuvo García Cárcel, es una sociedad enferma de pasado?
- Sí, porque el nacionalismo catalán ha sido hegemónico, teniendo en cuenta que una parte de la sociedad siempre ha estado callada. La historia y la lengua son las dos principales patas del nacionalismo catalán. Todo se juzga en base a la historia.
- El relato nacionalista gira alrededor de la búsqueda de una nación, que ya existía en la época de los condes y cuyos momentos de debilidad sólo se han producido cuando Castilla, es decir, España, ha intentado cargársela. Para ellos, todo es continuidad.
- Por eso dicen que Cataluña es una de las naciones más antiguas de Europa, o establecen una continuidad entre la Diputación del General y la Generalitat, o se saltan la Corona de Aragón, o aseguran que en siglo XVII Cataluña caminaba hacia la democracia. Y no sé cómo no se atreven a hablar del primer homínido como el primer catalán de la Historia...
- Junqueras escribió que los catalanes somos genéticamente superiores al resto de españoles.
- Sí, cierto. Han creado un relato que lleva a la siguiente conclusión: tenemos una nación, por tanto, sólo nos falta ser un Estado.(...)
- Los nacionalistas recrean símbolos y tradiciones, pero la clave en el uso de estas herramientas de propaganda es la televisión pública. Sin la tele no se entiende el 'procés'. (...)" (Entrevista a Jordi Canal, historiador, El Mundo, 13/10/18)
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