9/10/18

Cada uno de los municipios catalanes debe decidir si quiere independizarse o no, y disponer de las garantías para hacer efectivas sus decisiones... un estilo Tabarnia

 
En rosa, municipios partidarios de seguir siendo espoñoles, en blanco, municipios independentistas

"PROPUESTA DE UNA SOLUCIÓN DEMOCRÁTICA Y TERRITORIAL AL CONFLICTO CATALÁN

I- CATALUÑA: UNA SOCIEDAD DIVERSA
 
1- Paseamos unos días por Barcelona, una ciudad que nos encanta y que sentimos como nuestra, aunque hay que reconocer que zonas como el Born están convertidas en un festival del consumo con una tienda al lado de la otra, dirigidas a los guiris y a los catalanes de pasta, y que esto es parte del mismo problema que los pisos de alquiler, que son copados en forma masiva para los turistas, mientras que para el resto, catalanes e inmigrantes, son cada vez más caros y difíciles de acceder. 

2- Mientras tanto aquí, en el Montseny, un pájaro negro y blanco se posa sobre la parte más alta de la casa de enfrente. Debajo, una inscripción en rojo sobre fondo color arena dice “1896”, seguramente el año de construcción de la vivienda o de constitución del ayuntamiento, pues el edificio pertenece a este consistorio. Al lado, en un patio, ondea una sola bandera: la senyera.
 
3- En relación al procés, al menos al escuchar la opinión de la gente que conozco o que voy conociendo, hay dos posturas principales. En Barcelona, ciudad cosmopolita en la que vivimos durante años, percibo que muchos están hartos del procés y de todos sus protagonistas, tanto unionistas como independentistas. Veremos qué pasa en las elecciones municipales de 2019, donde la ciudad condal es una pieza clave de cara a los próximos acontecimientos. 

4- Aquí en el Montseny, donde también vivimos durante años, en la Cataluña profunda, muchos están hartos de España. Quieren irse de un país del que se sienten ajenos, o por lo menos muy distanciados. Hay banderas esteladas colgadas en todas las puertas y ventanas de las casas, lazos amarillos por la libertad de los presos políticos, locales partidarios sólo de las CUP y Esquerra, anuncios de xerradas y pintadas independentistas. 

5- Así como sucede en Barcelona y en el Montseny, seguramente se vivirán otras realidades también en el tradicional cinturón obrero a orillas del Llobregat, o en los grandes edificios de Sarrià, o las antiguas masías de la Cerdanya, por dar sólo algunos ejemplos. En cada sitio hay diversos marcos culturales de referencia y se profesa una opinión mayoritaria muy distinta acerca de los últimos acontecimientos políticos.  (...)

7- La autonomía catalana hoy posee 4 provincias, 41 comarcas y 947 municipios. Se puede apreciar su diversidad de aspiraciones simplemente con analizar los resultados electorales. Por dar un ejemplo: hay comarcas donde los partidos independentistas consiguen el 82% de los votos, como el Pla de l’Estany, en Girona. Si hilamos más fino, vemos por caso que el municipio Esterri de Cardós, en Pallars Sobirá, Lleida, tiene un 90% de habitantes que el 21-D votaron independentistas. Por el otro lado, en la comarca del Baix Llobregat, el 66% de sus electores vota a PP, PSOE, C’s o CeC. 

8- Ignorando esta realidad diversa, todas las soluciones esgrimidas hasta la fecha por los distintos actores políticos fueron de “todo o nada”, es decir, o toda Cataluña debería independizarse, o bien toda Cataluña debería quedar dentro de España. En síntesis: café con leche para todo el mundo.  (...)

II- LA DECISIÓN DE LOS MUNICIPIOS
 
14- El análisis de una posible solución para el conflicto catalán nos permite la opción de acercarnos a una forma de ejercer la democracia directa, anclada en las propias territorialidades de Cataluña. Si se me consultara cómo organizar un referéndum propondría tomar como única circunscripción al municipio, unidad mínima en la forma administrativa actual; es decir que en aquellos ayuntamientos en los que ganase la opción española, el municipio quedase para España, y que en donde triunfase la opción independentista, que el territorio que administra ese ayuntamiento pase a integrar una república catalana con los otros municipios que eligiesen la misma opción. En Barcelona, puesto que es un municipio tan poblado y mucho más grande que sus vecinos, se podría realizar la elección tomando como unidad de decisión a cada uno de sus 10 distritos.  (...)

18- No debería haber ningún inconveniente en que algunos municipios quedasen aislados, es decir zonas españolas rodeadas de territorio catalán o viceversa. En todo caso, a aquellos que quedaran en tal situación, se tratase de un municipio o un conjunto de ellos, podrían contar con la posibilidad de realizar una segunda elección para decidir si les parece bien ese nuevo encaje o si prefieren unirse al país que los rodea. Incluso podrían optar por independizarse tanto de España como de Cataluña. 

19- Nadie debería hacerse tanto problema porque el país al que pertenece o al que pertenecerá vaya a perder parte de su pretendido territorio, ni España a buena parte de la superficie de la Cataluña actual ni los catalanes a Arán o a una proyección realista de aquello que se dio en llamar Tabarnia. 

20- Si aplicamos este modelo habrían casi mil unidades autónomas de decisión: 946 municipios y 10 distritos. Así, cada unidad viviría a partir de entonces lo que quiere su propia mayoría y no lo que le imponen desde afuera. El tipo de solución que aquí planteamos considerando en primer lugar los anhelos políticos de cada municipio y distrito, podría servir para sorprendernos ante la diversidad catalana, aceptando con naturalidad que sean los propios vecinos de cada sitio quienes decidan las cuestiones vinculadas a su propio destino. 

21- Uno de los grandes errores del plebiscito del 1 de octubre, desde mi punto de vista, fue haber preguntado: “¿quiere que Cataluña sea un estado independiente en forma de república?”, cuando en realidad se debería haber interrogado: “¿quiere que su municipio forme parte de un estado independiente en forma de república?”. Esta pregunta, de hecho, se podría extender también a los municipios de Aragón, Euskadi, Navarra, Islas Baleares, País Valenciano, Galicia, o incluso a todo el territorio del actual estado español, lo que ha sido un reclamo constante de los unionistas.

III- TABARNIA COMO ARGUMENTO POR EL ABSURDO
 
22- Me tomé el trabajo de ver cuál de las dos opciones mayoritarias ganaría un referéndum en cada comarca y municipio catalán, sumando hacia un lado a JxC, ERC y CUP, mientras que para el otro a C’s, PSC, PP y los Comunes; aunque a decir verdad, no todos los votos de esta última plataforma se pueden igualar al españolismo. Gerardo Pisarello, número dos en el ayuntamiento de Barcelona, dijo acerca de Podem, partido clave al interior de la alianza de los Comunes: “somos un espacio político con una base social mayoritaria que no es independentista, y una minoría que sí lo es. Por eso respetamos ese pluralismo y defendemos la salida democrática”. No obstante, hasta que no se hagan efectivos los resultados de un referéndum con garantías, poner a CeC en este bloque es la única forma de aproximarse a unos posibles resultados. 

23- Yendo al grano: en 33 comarcas de las 41 existentes en Cataluña obtendría la mayoría de votos el independentismo y en las otras 8 el unionismo: Aran, El Vallès Oriental, El Vallès Occidental, El Barcelonés, El Baix Llobregat, El Garraf, El Alt Penedés y El Baix Camp. 

24- Este mapa de base comarcal coincide casi con el que sus ideólogos le atribuyen a Tabarnia en Wikipedia, si excluimos por razones geográficas a Aran. Digo “casi” porque curiosamente esta pretendida nueva comunidad autónoma de España cuenta para sí también a comarcas en las que el unionismo es minoritario: El Alt Penedès (62% de independentistas) y El Maresme (53%). 

25- Los planteamientos acerca de la creación de un nuevo país o comunidad autónoma llamado Tabarnia, en realidad no fueron realizados por sus creadores con el fin de explorar una posible solución de base territorial, sino para exponer una argumentación que llevase al separatismo catalán a la vía del absurdo: mostrar una imagen de que a partir de una Cataluña independiente se podrían separar de ella las provincias de Tarragona y Barcelona, donde el constitucionalismo es mayoritario; y que luego, de la provincia de Tarragona quisiera independizarse, por ejemplo, la comarca de Terra Alta (68% de independentistas); y que de esta comarca se separaría el municipio de Caseres, en la frontera aragonesa, donde los unionistas superan el 53%. Y así, ad infinitum.  (...)

 32- Para que deje de ser una operación mediática y se convierta en un paso hacia una solución posible, habría que definir, antes que nada, qué unidad territorial se utilizará para tomar las decisiones en un llamado electoral único, y no de una elección detrás de otra en unidades cada vez menores hasta llegar al absurdo, o bien al hastío.

33- Si España y Cataluña fuesen dos formaciones sociales verdaderamente democráticas ya estarían poniéndose de acuerdo en cuanto a los tres o cuatro puntos claves que hay que decidir entre todos antes de un gran llamado electoral: la fecha del referéndum, el porcentaje necesario de votos para independizarse, el plazo mínimo para una nueva elección similar y la cuestión de los municipios o conjuntos de municipios que quedarían rodeados por municipios del otro estado. 

34- Para analizar estos temas, como ya fue dicho, en este artículo tomo como referencia los resultados a nivel municipal del 21-D, atribuyendo a la suma de los votos de JxC, ERC y CUP el número de votantes a favor de la independencia de Cataluña, y a la suma de C’s, PSOE, PP y los Comunes el número de unionistas en un hipotético referéndum. 

35- Obviamente lo que se está planteando es que el referéndum se realice en forma efectiva, en fecha acordada por las partes, con largas rondas de debate previos, garantías de todo tipo, cierre de los padrones electorales, presencia de veedores internacionales, etcétera. Se toman estos datos simplemente porque hasta la fecha no tenemos otra opción mejor en la que basarnos para saber cómo podrían ser los resultados. 

36- Aquí se plantea que el porcentaje de votos necesario para que un municipio se independice debería rondar el 55% de los votos válidos, sin contar los blancos ni anulados. El porcentaje del 50,1% representa una mayoría muy volátil que podría cambiar fácilmente de una legislatura a la otra, mientras que un mínimo de diez puntos de diferencia significa una mayoría clara. No obstante, tanto en los referéndum de Escocia como de Quebec sólo se exigió un porcentaje superior al 50%, tanto a los que quería mantener su adscripción estatal como a los que querían modificarla. 

37- Como fue mencionado, la pregunta debería ser muy clara, del tipo: “¿quiere que su municipio forme parte de un estado independiente en forma de república? Si o No”. De este modo, nadie decidiría por los habitantes de los demás lugares. Este argumento coincide con quienes sostienen que el referéndum debería incluir a todo el estado español, aunque modifica el sujeto de la pregunta. Aquí describiré sólo los posibles resultados en municipios catalanes, aunque es posible que en otros de Navarra, el País Vasco o Aragón los votos por la independencia también superen el 55%. 

38- El plazo mínimo para un nuevo llamado electoral que permita una próxima modificación de la adscripción nacional de cada municipio debería rondar los 25 años, que es el tiempo aproximado en el que surge una nueva generación. Evidentemente, si un municipio necesita el 55% de los votos para modificar su afiliación, necesitaría luego la misma cifra en sentido contrario para revertir esta situación y volver a integrarse al país anterior. Si el referéndum se hace en el año 2025, por ejemplo, no podría realizarse otro hasta el año 2050.(...)"               (Federico Paz,blog)

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