"(...) el nacionalismo catalán sostiene que España es plurinacional, pero
Cataluña no. Sin embargo, si España es plurinacional, no será porque en
Andalucía, o en Asturias, haya más de una nación, sino porque, de
haberlas, las hay en Cataluña. De modo que si España es plurinacional,
lo será porque Cataluña lo es. (...)
Que en Cataluña hay dos comunidades con distintos sentimientos de
pertenencia es algo innegable a la luz de los datos sociológicos y de la
realidad política. Como tampoco se puede negar que buena parte de esos
sentimientos están ligados a los ancestros y a la lengua, que son dos
elementos con los que los nacionalistas construyen las naciones, pero
que no obligan necesariamente a construir Estados nacionales, como
demuestran los suizos o los valencianos.
En Cataluña hay una comunidad
de personas, la cuarta parte de la población, cuyos cuatro abuelos
nacieron allí y cuya lengua materna es el catalán. Y hay otra comunidad
de personas, formada por la mitad de la población, cuyos cuatro abuelos
nacieron en otras regiones de España y cuya lengua materna es el
castellano.
También hay personas con abuelos catalanes y no catalanes,
que son la cuarta parte restante de la población, y que son quienes más
tienden a declarar que ambas, catalán y castellano, son su lengua
propia.
(...) la comunidad de quienes tienen el castellano como
lengua materna, la más numerosa, aceptó educar a sus hijos
exclusivamente en catalán. No se me ocurre una expresión de fraternidad
más grande que educar a tu hijo, en lugar de en tu propia lengua, en la
lengua materna del vecino.
Lo hicieron como una fórmula para fusionar
esas dos comunidades en un mismo pueblo, que hablara las dos lenguas y
sintiera las dos identidades. Con el tiempo descubrimos que no era ese
el propósito del nacionalismo catalán.
La inmensa mayoría de las personas que llegaron a
Cataluña desde otras regiones de España, educaron a sus hijos en el amor
a lo catalán, a su lengua, a su cultura, a su identidad, y las
fortalecieron. Y, cuando se les pregunta a esas personas por su
identidad territorial, afirman mayoritariamente que se sienten tan
catalanas como españolas.
Por el contrario, quienes vivían allí desde
hace más tiempo, en una proporción importante, se definen exclusivamente
como catalanas, y rechazan la lengua, la cultura y la identidad
españolas de quienes llegaron en tiempos más recientes, y también las de
otros catalanes cuyas familias llevan tantos siglos como las suyas en
Cataluña, hablando castellano y sintiéndose españolas en un territorio
que desde la formación de España forma parte de ella.
(...) el problema de encajar políticamente dos comunidades nacionales
diferentes lo tiene España; pero eso es verdad solo si lo tiene también
Cataluña. ¿Cuál es su propuesta para encajar políticamente la existencia
de dos comunidades con identidades nacionales, una inclusiva y la otra
exclusiva, diferentes? Convertirse en un Estado.
¿Con dos naciones,
cabría preguntarles? ¿Con una nación, la española, separada del resto de
España por una frontera?
(...) Incluso en una democracia de ciudadanos cultural y étnicamente
indiferenciados hay decisiones que no se toman por mayoría simple. En
una sociedad como la catalana, cuyos ciudadanos pertenecen a comunidades
culturales diferentes, no parece que la mejor forma de resolver
aspectos esenciales de su configuración política, sea mediante la
confrontación puramente numérica, aunque sea en las urnas. (...)
Sorprendentemente lo que el nacionalismo catalán ha visto siempre tan
claro en España no lo ve en absoluto en Cataluña. Como hizo la Dictadura
en España, los secesionistas catalanes quieren aplastar la diversidad
nacional en Cataluña por las bravas.
Sin respetar la realidad
sociológica, histórica, constitucional de esa región, simplemente
tratando de aprovechar de manera oportunista una coyuntura política que
ni siquiera les ha sido favorable en términos electorales. (...)
No sé si usando sus conceptos me habré hecho comprender por ellos, pero
convendría que los dirigentes secesionistas tuvieran en cuenta que, a
diferencia de otras naciones europeas, la española nunca estuvo dividida
entre varios Estados, y no lo va a estar. Con el resto de los
españoles, los socialistas hemos soportado mucho sufrimiento para
mantener nuestra unidad, y no vamos a dejar que nadie establezca
fronteras interiores que nos separen.
La solución que encuentren los
secesionistas catalanes a la pluralidad nacional de Cataluña habrá de
pasar por el respeto a la unidad política de la nación española. De
igual modo que los españoles de los demás territorios hemos integrado lo
catalán en nuestra concepción de España, la solución más razonable
sería que los nacionalistas catalanes integraran al resto de las
lenguas, culturas e identidades españolas, en su concepción política de
Cataluña y como una parte de su riqueza.
Por desgracia para todos, a
tenor de lo que estamos viendo, antes de hacer lo razonable, el
secesionismo catalán seguirá intentando todo lo demás." (José Andrés Torres, diputado del PSOE, El País, 11/09/18)
No hay comentarios:
Publicar un comentario