24/9/18

Colgar lazos es un acto de propaganda, como retirarlos lo es también. El hecho de que solo una de las referidas acciones esté perseguida por la policía del régimen, refuerza más la imagen de totalitarismo nacionalista... además es un atentado ecológico. Se siguen distribuyendo toneladas de plástico amarillo en todo el territorio catalán, cosa que puede provocar un grave problema ambiental

"Hace ya meses que la fractura social producida por el independentismo en Cataluña anunciaba que, más tarde o más temprano, se alcanzaría una fase de enfrentamientos violentos. Pues bien, el primer indicio de que hemos entrado ya en dicha fase, es la agresión física de que fue objeto hace unos días una ciudadana por parte de un energúmeno, que algunas fuentes adscribieron al sector social lumpen. 

Finalmente, parece que se trata de alguien que trabaja para el Ayuntamiento de Barcelona, en el sector de las bellas artes (¿). 

La confusión quizá fue provocada por la pinta más bien patibularia del interfecto. Al fin y al cabo, no hubiera resultado sorprendente que fuera correcta la primera adscripción. El totalitarismo siempre se ha servido de ese sector social como fuerza de choque. (...)

Hay dos vertientes en la situación. En primer lugar, la política. Colgar lazos es un acto de propaganda, como retirarlos lo es también, en el fondo. El hecho de que solo una de las referidas acciones esté perseguida por la policía del régimen, refuerza más, si cabe, la imagen de totalitarismo nacionalista,  (...)

La segunda vertiente, a mi parecer, tanto o más grave que la anterior, pero que ha pasado prácticamente desapercibida, o, al menos, no se le ha dado la importancia que requiere, es la medioambiental. Se han distribuido, y se siguen distribuyendo, toneladas de plástico amarillo en todo el territorio catalán, cosa que puede provocar, a medio plazo, un grave problema ambiental, en el linde de la catástrofe. (...)

¿Dónde están los Verdes? (...)

Hablemos ahora de desidia. Me pregunto si ante una situación así no debería haber intervenido de oficio la fiscalía de medio ambiente hace ya meses. Cuestiono también que ninguno de los partidos constitucionalistas haya presentado la correspondiente denuncia ante la fiscalía mencionada. Visto lo visto, dudo de que el Ministerio de Medio Ambiente sirva para gran cosa. 

Y quedo boquiabierto de que la prensa que no es del régimen (al menos descaradamente) hable solo de la vertiente política del problema, olvidando la medioambiental."             (Pascual Esbrí, Crónica Popular, 15/09/18)

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