"Ante cada tropelía del gobierno del PP, un caso de corrupción, atropello
a las libertades o simplemente un nuevo capítulo de plutocracia o
cacicada casposa, aparece uno de los argumentos más repetidos entre los
sectores independentistas: “¿veis como no se puede seguir en España?”,
“no estamos dispuestos a continuar más tiempo bajo ese gobierno corrupto
del PP”, “ahí os quedáis con esa monarquía medieval y con Rajoy”. (...)
No es mi idea pronunciarme en estos primeros párrafos
sobre el independentismo, sino solamente sobre estos razonamientos que,
considero, representan la antítesis de las luchas de liberación y del
pensamiento de la izquierda.
La historia de la humanidad por mejorar sus
sociedades, cambiar los sistemas políticos o acabar con dictaduras y
despotismos se ha construido con pueblos y personas que se enfrentaron a
regímenes injustos y a gobernantes sátrapas y tiranos. La opción nunca
fue buscar a sus vecinos con el objetivo de irse y crear un país
distinto.
Las colonias luchaban por independizarse no tanto porque no
les gustaran los gobernantes de la metropóli, como porque consideraban
que el estatus de los habitantes de las colonias era injusto y desigual
respecto a los habitantes de la metrópoli. Ni el habitante de Burgos
durante la dictadura franquista, ni el de Cienfuegos durante el régimen
de Batista, o ni el de San Petersburgo bajo el imperio del Zar, optaron
por luchar para crear un nuevo país con el objeto de abandonar el
sistema autócrata que sufrían.
De ahí que esos argumentos que ahora se
reproducen tanto, intentando justificar hispanofobias y vocaciones
independentistas, ante cada tropelía del gobierno Rajoy solo son
coartadas para buscar una salida tan ingenua como insolidaria ante la
injusticia de nuestros gobernantes.
El otro razonamiento preocupante desde la izquierda,
ahora sí centrado en los sectores independentistas catalanes, es la
tercera de las citas que he señalado antes. Esos que, a quienes no
comparten su independentismo y no viven en Cataluña, les dicen que ellos
se van y que el no independentista mesetero ahí se queda con Rajoy a
los Borbones.
No son reacciones de independentistas aislados, son
respuestas que he observado en líderes como Antonio Baños y Gabriel
Rufián. Estamos ante un comportamiento diametralmente opuesto al que se
espera del activismo de la izquierda. Nunca los huelguistas o líderes
del movimiento obrero espetaron lo mismo a los esquiroles o a los
obreros que en su empresa no su sumaban a una huelga.
Nunca los mineros
de una mina que iban a la huelga exigiendo mayores condiciones de
seguridad o una mejor asistencia sanitaria para su familia les dijeron a
los de otra mina que decidían no ir a la huelga que ahí se quedaban
corriendo mayor peligro y sin asistencia sanitaria.
Volviendo a los
símiles anteriores de Cuba y Rusia, los alzados en Sierra Maestra o en
San Petersburgo no dijeron a los ciudadanos de La Habana o de Moscú que
ahí se quedaban bajo el yugo del déspota, tenían claro que formaban
parte del mismo objetivo de liberación. Tampoco les acusaban de ser
conservadores y reaccionarios porque ellos habían proclamado la
revolución antes, como están hoy diciendo los catalanes a los
castellanos. (...)
Resulta paradójico que a la izquierda no independentista nos acusen de
dividir a la izquierda al expresar nuestras discrepancias con el procés,
cuando la mayor división es irse a países distintos,.
Lo que no
dejaremos de hacer es señalar cada comportamiento y activismo que
abandone los principios de solidaridad que deben caracterizar a la
izquierda en sus luchas. Los que como única respuesta recurren a
calificarnos de “izquierda tricornio” muestran la pobreza de quienes
creen que el mundo se divide entre independentistas y tricornios." (Pascual Serrano, 01/05/18)
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