"¿Por qué se titula ‘El hijo de la africana’?
Porque al ser hijo de un señor de Vich y de una señora de Cartagena,
una parte de la familia paterna es como se refería despectivamente a mi
madre, la “africana”.
Usted acusa al nacionalismo catalán de “supremacista”. ¿Hay algún nacionalismo que no lo sea?
Cualquier nacionalismo ha sido, es y será siempre xenofobia
supremacista, y el nacionalismo catalán no va a ser menos. De Gaulle lo
definió perfectamente cuando afirmó que patriotismo es cuando el amor
por tu propio pueblo es lo primero y nacionalismo cuando el odio por los
demás es lo primero. (...)
Usted es muy cuidadoso a la hora de escoger cada palabra en
sus artículos. ¿Cree que es imprescindible la precisión, para evitar
caer en el uso del lenguaje nacionalista?
Es imprescindible no asumir y no usar el lenguaje el nacionalista,
como le ha sucedido incluso a algunos políticos catalanes de la
oposición. Su lenguaje es usado para transmitir su relato, es decir la
creación de su mundo y su sociedad nacionalista.
¿Puede poner un ejemplo?
Le pongo un claro ejemplo de la perversidad en el uso del lenguaje
nacionalista: cuando se habla de “país” en Cataluña la población ha
asumido que se habla de Cataluña y no de España, cuando Cataluña es una
región y país sólo hay uno, España, tratando así de vender
subliminalmente su “paisito” independiente.
¿Por qué los nacionalistas llevan ventaja en la denominada ‘batalla del lenguaje’?
Han invertido miles de millones en propaganda mediática, en educación, y
en la sociedad civil. Han comprado a sus voceros y los han convertido
en transmisores efectivos de su mensaje de odio. (...)" (Entrevista a Pau Guix (Barcelona, 1971), que presenta su primer libro, ‘El hijo de la africana’, Sergio Fidalgo, El Catalán, 22/03/18)
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