13/9/17

Lluís Bassets: el modelo de democracia que dibujan las dos leyes, la del referéndum y la de la transitoriedad, es la de la Hungría de Orban, o la de la Polonia de Jaroslav Kaczynski

"Al fin, el mundo nos mira. La secesión catalana ha tardado mucho en emerger.  (...)

Pero la triste y brutal realidad es que la historia hecha por los catalanes no ha conseguido levantar cabeza y ocupar el primer plano internacional hasta el 17-A, cuando han sido unos atentados yihadistas los que han colocado el conflicto secesionista en el mapa de una forma que no habían podido imaginar quienes se dedican profesionalmente a ello desde la Generalitat.  (...)

La imagen impactante de esta irrupción de la historia universal en la pequeña historia catalana nos la ofreció la manifestación del 26 de agosto, en la que los organizadores independentistas aparecieron como los alquimistas perversos que convierten una protesta contra el terrorismo y en apoyo a las víctimas en una apología de la secesión y una impugnación del gobierno español y de la monarquía. 

No son extraños los lamentos del día siguiente ante el flagrante error cometido ante el mundo por parte de las mentes sensatas que todavía quedan en el mundo secesionista. (...)

La similitud con Hungría —y también con la Polonia populista de Jaroslav kaczynski— se extiende al modelo de democracia que dibujan las dos leyes, la del referéndum y la de la transitoriedad, y sobre todo al método expeditivo utilizado para su aprobación en el parlamento catalán esta pasada semana, con flagrante menosprecio de la legalidad, los reglamentos y los derechos de los diputados y de sus representados. 

Se trata de democracias plebiscitarias, basadas en la dictadura de la mayoría y el desprecio a la minoría. Con abstracción de todo control judicial, incluso de los organismos soberanos propios. Sin división de poderes propiamente dicha. Y con una vocación intervencionista en la sociedad civil y en los medios de comunicación que se expresa tanto en la legislación como en las prácticas utilizadas por el Gobierno.

La mirada del mundo no puede ser piadosa hacia esa Cataluña de tan dudosa calidad democrática.(...)"                       (  , El País, 11/09/17

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