"Cree que Catalunya solucionaría sus problemas creando un Estado propio?
Catalunya
es una economía dinámica y una sociedad vibrante y moderna, pero
comparte muchos de los defectos de la española y me temo que la
independencia no es una solución mágica que los vaya a corregir todos
por sí sola.
¿Qué defectos?
Catalunya sufre a una élite extractiva
que genera y aprovecha niveles de corrupción similares a los de la élite
extractiva española. Ni Catalunya ni España son lo bastante
inclusivas.
¿La independencia no sería un reseteo?
Me
temo que la élite extractiva catalana se apropiaría con demasiada
facilidad de ese Estado igual que se ha apropiado de la Administración
catalana. Hay demasiada cercanía y connivencia entre los negociantes y
los políticos y las instituciones no son lo bastante inclusivas.
La verdad es que sin conexiones políticas un constructor no tenía nada que hacer.
A
eso me refiero, entre otras cosas. Los políticos catalanes y españoles
han sido demasiado amigos de determinados empresarios en detrimento de
los contribuyentes españoles y catalanes y de los emprendedores y
pequeños empresarios postergados en beneficio de quienes tenían
conexiones políticas. A menudo, importaban más esas conexiones y los
apellidos que el talento, el esfuerzo y la capacidad de innovar.
Pero la justicia ha actuado contra la corrupción en Catalunya y España.
Demasiado
tarde para ser justicia. Esas élites extractivas y los partidos que las
servían no han logrado detenerla, pero sí frenar su velocidad. Pero no
es sólo la corrupción. Ni las instituciones catalanas ni las españolas
son inclusivas.
¿Cómo son y cómo deberían ser?
Pertenecer
a la élite extractiva y llevar determinados apellidos aquí te da
ventaja sobre los que sólo tienen talento, aunque se esfuercen. Y eso
lastra la innovación y la productividad de ambas economías. Y su
prosperidad.
¿Qué hacer?
Catalunya y España han construido, al mismo tiempo, una democracia y
una economías modernas en pocos años: muchos menos de los que
necesitaron las grandes potencias europeas para tener instituciones
democráticas y transparentes.
¿En qué somos peores todavía?
Su
transición fue pacífica, pero al precio de permitir que su joven
democracia no depurara elementos y maneras de actuar del franquismo aún
observables en España y Catalunya.
Por ejemplo.
Que sus élites entiendan la política como la continuación de los negocios por otros medios.
¿Es algo cultural, latino, mediterráneo?
En
absoluto. La geografía no determina el éxito de un país. Ni la cultura.
Durante el siglo XIX y buena parte del XX, la corrupción británica y
estadounidense era insoportable. Pero, gracias a la presión de los
ciudadanos y a sus votos, sus instituciones han ido mejorando poco a
poco.
Es un largo y tortuoso camino.
Nada fácil, pero
no veo por qué ustedes no pueden seguir mejorando también y librarse de
lo que queda del franquismo, que es precisamente lo que lastra su
democracia y su economía. (...)
¿Cuántos años llevaría?
No hay una solución definitiva y
radical para esos problemas, pero esa presión gradual y sostenida da
resultados al cabo del tiempo.
¿Es mejor para los catalanes tratar de reformar el Estado español o crear uno propio?
Deben
decidirlo los catalanes, y ese es el problema, que no veo una gran
mayoría incontestable detrás de la independencia. De lo que estoy seguro
es que en cualquier caso debe mediar el diálogo y un enorme consenso.
En eso sí coincidimos la inmensa mayoría.
Pero
ustedes no son ni Rusia, ni China, ni tampoco Hungría o Turquía.
Ustedes son una democracia reconocida y respetada en todo el planeta.
Pueden y deben alcanzar acuerdos sin problemas e ir mejorando sus
instituciones.
¿No lo solucionaría un referéndum?
A
veces son necesarios, pero no todo se soluciona con referéndums. Reducen
las opciones a dos para problemas que a menudo requieren soluciones más
graduales y complejas.
¿Cuáles?
Los catalanes ya
pueden votar desde hace décadas. Pero las auténticas reformas no se
logran votando continuamente sino delegando en representantes y técnicos
que saben más que tú en su campo y después fiscalizando lo que han
hecho y reiterando o retirándoles tu confianza.
¿Espera usted que los políticos se corrijan a sí mismos?
Espero
que los ciudadanos los controlen, los fiscalicen y si no les sirven los
sustituyan hasta que reformen sus instituciones y las hagan
transparentes e inclusivas."
(Entrevista a Daron Acemoglu, economista en el MIT, coautor de ‘Por qué fracasan los países’, La Vanguardia, 26/06/17)<9 a="">9>
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