28/9/17

Hasta al mismo ZP se le acabó su buenismo con la “cuestión catalana” el día que participó en la manifestación de Barcelona contra el terrorismo. Cuentan los que iban con ZP que sintió miedo (susto), bochorno y horror...

"(...) Entiendo que a estas alturas nadie debiera dudar sobre el anacronismo del buenismo para pronunciarse sobre el “procés”. Hasta al mismo ZP se le acabó su buenismo con la “cuestión catalana” el día que participó en la manifestación de Barcelona convocada para expresar el dolor y solidaridad con las víctimas de los atentados terroristas, que ya todo el catalanismo ha olvidado. 

Siguen gritando lo mismo (el “jo no tinc por”) pero para reclamar referéndum e independencia, que es para lo que escogieron ese eslogan propagandístico. Cuentan los que iban con ZP que sintió miedo (susto), bochorno y horror.

 Es una magnífica muestra de la inconsistencia de ese buenismo que desconoce el origen, historia y naturaleza del nacionalismo catalanista. Suele ocurrir que quizá tampoco se enteraron bien de la naturaleza ideológica profunda, fundamental, del nacionalismo franquista (el nacional-catolicismo). 

Muchos hablan de la represión (memoria histórica), del fascismo o autoritarismo, del régimen, de la Falange, del Ejército… franquistas, pero pocos conocen la arquitectura de la ideología nacionalista en la que se apoyó y construyó el régimen franquista, más allá de las cuatro humoradas del “florido pensil”.

Si se hubieran enterado del armazón ideológico del nacionalismo franquista, quizá se hubieran percatado de sus mimetismos con el nacionalismo catalanista, velados por el hecho de ser contrarios y estar históricamente enfrentados, a pesar de la retórica -de este último- de modernidad (respecto al atraso español), de su ejemplar historia como pueblo (frente al opresor e imperialista nacionalismo español), etc. 

Como suele decirse, en lo sustancial estamos ante un mismo perro con distinto collares. Solo que en el caso que nos ocupa, el nacionalismo catalanista fue pionero y más productivo y efectivo (con una mayor capacidad de hegemonía cultural en Cataluña y proyección de su imagen hacia el exterior), (...)

Hace tiempo que se tenía que haber acabado el buenismo, el maniqueísmo buenista, ante el nacionalismo (éste y los otros, el españolista malo y los periféricos buenos). Seguro que ZP y los buenistas, pero también muchos embaucados históricamente por el olor a “flor i violes” (la modernidad y europeidad de Cataluña, etc.), no leyeron -ni lo pretendieron- la entrevista que le hizo, hace unos 18 ó 19 años, el añorado Iván Tubau al lingüista valenciano Lluis V. Aracil, mentor de la inmersión lingüística, horrorizado después por su ejecución en Cataluña. 

El proscrito Lluis V. Aracil decía que lo que sucedía solo se entendía por la ignorancia de la mayoría de la gente sobre la naturaleza y el “talante” de los nacionalistas. Quizá pensara, o supiera, en que en Cataluña se aplicaban concienzudamente las teorías sobre el liderazgo, la idea de pueblo y nación y la “democracia aclamativa” de Carl Schmidt, que inspiraron a los nazis. ¿Diálogo, puentes de entendimiento, seducción, enamoramiento, amor, desamor, prevalencias…? Monsergas de juegos florales. (...)"                    (Rafael Núñez, Alternativa Ciudadana Progresista, 22/09/17)

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