"(...) Entiendo que a estas alturas nadie debiera dudar sobre el anacronismo
del buenismo para pronunciarse sobre el “procés”. Hasta al mismo ZP se
le acabó su buenismo con la “cuestión catalana” el día que participó en
la manifestación de Barcelona convocada para expresar el dolor y
solidaridad con las víctimas de los atentados terroristas, que ya todo
el catalanismo ha olvidado.
Siguen gritando lo mismo (el “jo no tinc
por”) pero para reclamar referéndum e independencia, que es para lo que
escogieron ese eslogan propagandístico. Cuentan los que iban con ZP que
sintió miedo (susto), bochorno y horror.
Es una magnífica muestra de la
inconsistencia de ese buenismo que desconoce el origen, historia y
naturaleza del nacionalismo catalanista. Suele ocurrir que quizá tampoco
se enteraron bien de la naturaleza ideológica profunda, fundamental,
del nacionalismo franquista (el nacional-catolicismo).
Muchos hablan de
la represión (memoria histórica), del fascismo o autoritarismo, del
régimen, de la Falange, del Ejército… franquistas, pero pocos conocen la
arquitectura de la ideología nacionalista en la que se apoyó y
construyó el régimen franquista, más allá de las cuatro humoradas del
“florido pensil”.
Si se hubieran enterado del armazón ideológico del nacionalismo
franquista, quizá se hubieran percatado de sus mimetismos con el
nacionalismo catalanista, velados por el hecho de ser contrarios y estar
históricamente enfrentados, a pesar de la retórica -de este último- de
modernidad (respecto al atraso español), de su ejemplar historia como
pueblo (frente al opresor e imperialista nacionalismo español), etc.
Como suele decirse, en lo sustancial estamos ante un mismo perro con
distinto collares. Solo que en el caso que nos ocupa, el nacionalismo
catalanista fue pionero y más productivo y efectivo (con una mayor
capacidad de hegemonía cultural en Cataluña y proyección de su imagen
hacia el exterior), (...)
Hace tiempo que se tenía que haber acabado el buenismo, el
maniqueísmo buenista, ante el nacionalismo (éste y los otros, el
españolista malo y los periféricos buenos). Seguro que ZP y los
buenistas, pero también muchos embaucados históricamente por el olor a
“flor i violes” (la modernidad y europeidad de Cataluña, etc.), no
leyeron -ni lo pretendieron- la entrevista que le hizo, hace unos 18 ó
19 años, el añorado Iván Tubau al lingüista valenciano Lluis V. Aracil,
mentor de la inmersión lingüística, horrorizado después por su ejecución
en Cataluña.
El proscrito Lluis V. Aracil decía que lo que sucedía solo
se entendía por la ignorancia de la mayoría de la gente sobre la
naturaleza y el “talante” de los nacionalistas. Quizá pensara, o
supiera, en que en Cataluña se aplicaban concienzudamente las teorías
sobre el liderazgo, la idea de pueblo y nación y la “democracia
aclamativa” de Carl Schmidt, que inspiraron a los nazis. ¿Diálogo,
puentes de entendimiento, seducción, enamoramiento, amor, desamor,
prevalencias…? Monsergas de juegos florales. (...)" (Rafael Núñez, Alternativa Ciudadana Progresista, 22/09/17)
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