"(...) Marsé explica: "Lo que se propone el Govern es rigurosamente
incompatible con un Estado de Derecho. No necesito otro argumento para
rechazar tal propuesta. Yo no soy nacionalista y todas las banderas me
repugnan. Soy más bien provinciano, incluso comarcal. Soy pueblerino,
digamos hortelano. Con el huerto me basta".
"Está bien claro: que un
grupúsculo antisistema como la CUP, una panda de impresentables llenos
de estulticia y roña ideológica, tenga agarrado al despeinado president
Puigdemont por los cataplines y pueda determinar los presupuestos
generales de la Generalitat y las derivas más delirantes (como pedir que
la Catedral se convierta en un mercado) que adornen el proyecto de
secesión, muestra hasta qué punto la sociedad catalana está abocada al
futuro más incierto, ridículo y calamitoso".
"La triste realidad", dice
Marsé, "es que el señor Puigdemont y el señor Junqueras, dos luminarias
políticas que pasarán a la historia del esperpento ibérico, comparten,
como ha escrito Valentí Puig, una aparatosa ignorancia sobre el Estado
de Derecho y sobre la política, y, en concreto, sobre la historia
política de Cataluña y de toda España".
Le repugna "el relato maniqueo
del Govern, la desvergüenza y la impunidad con la que Puigdemont y
Junqueras mienten al hablar en nombre del pueblo, al apelar
reiteradamente y del modo más miserable del mandato del pueblo que dicen haber recibido. Y de esa empanada mental que llaman el derecho a decidir… Sí, vale, pero ¿a decidir qué? ¿Que nos vamos de España y de Europa?".
"Hay otra cuestión de fondo", añade el autor de Últimas tardes con Teresa,
"desde hace demasiado tiempo nos mandan políticos, tanto desde Madrid
como desde Barcelona, que o bien son unos incompetentes o unos
corruptos. Mucho me temo que seguiremos así, es decir, que van a seguir
defraudándonos o robándonos, de modo que me da igual que me roben desde
Madrid o desde Barcelona".
"No habrá referéndum”, dice, "pero el mal ya está hecho.
Están registrados los buenos catalanes y los malos catalanes. Pero habrá
nuevas elecciones, necesarias para la futura estabilidad de la política
catalana. Esa es la salida del callejón sin salida".
E, irónicamente, da Marsé esta "última noticia": "El peinado
del president Puigdemont ha sido declarado de Interés Turístico
Internacional, y el Procés de interés turístico comarcal. Parece que no lo ven claro. El peinado, quiero decir". (...)" (El País, 24/07/17)
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