"Andan todos revueltos por las declaraciones de Fernando Trueba sobre sus
cuatro minutos de sentimiento español. Hasta Évole ha salido al paso
del supuesto boicot a la película, tan nominalmente española y
monárquica, “La Reina de España”. (...)
Sin embargo, Fernando, al igual que la izquierda española en general,
sufre de un estrabismo político, digamos que no mira de frente a su
propio ser y se pierde por sus sentimientos y por sus complejos. Me
explico.
Cuando Trueba dijo aquello de que no se había sentido ni cinco
minutos español confundió el culo con las témporas. Y es que el PP no es
España, ni España es el PP; en todo caso una parte, importante, sí,
pero no más del 33% del voto ni más del 22% del censo.
Aprovecho para introducir un inciso. Es como cuando Puigdemont y
todos los secesionistas catalanes -incluidos los de la CUP- hablan como
si fueran ellos toda Cataluña cuando solo son el 48% del voto y menos
del 36% del censo. Salvando las distancias de que antes hablábamos de un
partido y en este caso de un proyecto, y además de que los porcentajes
no son comparables, pues en las generales el nacionalismo cayó varios
puntos.
La cosa era incidir en el estrabismo de la sociedad en temas como el
sentimiento de pertenencia –que ni es bueno ni es malo, salvo si quieres
imponerlo al resto del mundo– y la realidad, entre el sentir y el ser.
Si el socialismo utópico se superó por el socialismo científico,
parece que ahora estamos en una nueva fase: el socialismo estrábico. ¡Al
menos en España! Que se caracteriza por confundir la parte con el todo y
de renunciar, sobre todo de renunciar, a pensar en el todo.
España es
algo más que el franquismo, que históricamente parece que todavía tiene
acomplejada a la izquierda, tanto que no se reconoce como española. Se
puede reconocer como catalana, andaluza, vasca, gallega, etc., pero,
¿española? ¡Vade retro Satanás!
Y ¿que le pasa a Évole?
También confunde el culo con las témporas. Trueba negó a España tres
veces –Ahora lleva una campaña de cariño que sonroja–, en cambio Pérez Andújar
nunca negó a Cataluña. Andújar no es estrábico, es catalán y se siente
catalán y reclama poder sentirse catalán como le venga en gana, y
denuncia la pretensión del nacionalismo de homogenizarnos a todos.
El problema es que, como Andújar, somos mayoría los que sentimos a
Cataluña diferente de como la sienten, e intentan imponer, los
separatistas. Y siendo, como somos, mayoría, la izquierda española –y
más concretamente la catalana, la misma que le invitó a ser pregonero en
las fiestas de la Merced de Barcelona– no se entera o no se quiere
enterar.
Y así andamos con una izquierda en proceso de desintegración, como bien apuntaba Juan Francisco Martín Seco, condenándonos a una España balcanizada
en manos de las derechas nacionalistas o a una España derechizada en
manos del PP. En todo caso, sea junta o a trozos, el futuro parece
neoliberal. Gracias Pedro, gracias Pablo, gracias Ada.
En Nou Barris, Barcelona a 07 de diciembre de 2016, Vicente Serrano, Presidente de Alternativa Ciudadana Progresista" (Alternativa Ciudadana Progresista, 16/12/16)
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