28/12/16

Muchas entidades y colegios profesionales se unieron al Pacte Nacional Pel Dret a Decidir sin consultarlo a sus asociados... en Catalunya vivimos una situación anómala en calidad democrática

"Que en Catalunya vivimos una situación anómala en calidad democrática lo demuestra el hecho de que el tejido asociativo esté tan unánimemente comprometido a favor del soberanismo

Es extraño que la profunda división que existe en la sociedad catalana ante el pulso independentista no se traslade en proporciones similares a sus asociaciones y organizaciones sociales, empresariales, profesionales, educativas, culturales, lúdicas, etc. 

Parece ser que hay unas 3.000 entidades adheridas al Pacte Nacional pel Dret a Decidir (PNDD), cuya vinculación se ha hecho en la inmensa mayoría de los casos por decisión de sus cúpulas sin consultar a los asociados y, sobre todo, hurtándoles un debate de fondo sobre si es pertinente una adhesión de carácter político que vincula a todo el colectivo, que necesariamente es plural. 

Este apabullante unanimismo que ha caracterizado el proceso desde que se puso en marcha en 2012, y que va desde las grandes organizaciones, empezando por las sindicales y patronales, siguiendo por las deportivas, como el Barça, hasta las más especializadas y locales, es el reflejo de una sociedad maniatada por el nacionalismo.

Hace unos días, el TSJC dictó que la adhesión del Col·legi d’Advocats al PNDD era nula porque atentaba contra la libertad ideológica de sus afiliados que, obligatoriamente, tienen que serlo para poder ejercer la profesión. Idéntica falta de respeto al pluralismo interno han cometido el resto de colegios profesionales (arquitectos, médicos, ingenieros, etc.) al adherirse a la causa soberanista. 

Tampoco es aceptable que se presten a esa misma instrumentalización una larga lista de entidades y federaciones, que incluye desde los que se dedican al voluntariado social hasta los payeses y ganaderos, pasando por asociaciones de padres y madres o los más variopintos clubs. 

Cuando algo así sucede es que hemos renunciado a vivir en una sociedad realmente democrática para hundirnos en otra dominada por el nacional separatismo. El imperativo “referéndum o referéndum” es otra vuelta de tuerca a más de lo mismo."             (Joaquín Coll, El Periódico, 22/12/16)

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