"(...) ¿Qué no gusta de la Constitución Española del 78 (CE78), una constitución que, por cierto, yo no
voté en su momento (me abstuve por motivos republicanos y
anticapitalistas aunque entiendo ahora mejor, sin compartir sus
argumentos, los votos favorables de muchos compañeros)? ¿Hay motivos de
crítica? Por supuesto que sí.
Por ejemplo, la aceptación de la Monarquía
borbónica que iba de tapadillo con la aprobación de la Constitución. No
estaban seguros las clases dominantes y sus intelectuales orgánicos, en
aquellos años de importante lucha antifascista, ganar un referéndum
sobre República o Monarquía. Dudaban y colaron la Monarquía por
alevosía, cálculo y nocturnidad. El discurso compartido por sectores de
la izquierda: no importa la M o la R, lo importante es la D (de
democracia, democracia y democracia).
Pero no es aquí, en
general, donde el secesionismo pone el peso de su crítica. ¿Dónde
entonces? ¿En los derechos sociales y económicos? ¿Nada que puede ser
mejorado en este punto? ¿No ha habido una interpretación conservadora de
la CE78 hasta el momento?
Claro que sí, pero no es este el asunto que
les preocupa. El tema parece ser otro: que es una Constitución española
(el secesionismo catalán es netamente anti-español y de manera
creciente) que niega el derecho de autodeterminación (¿Cataluña es una
colonia española?, ¿está sometida u oprimida en una de sus lenguas y
culturas por el centralismo de “Madrid” a estas alturas del siglo?) o la
variante inventada del derecho a decidir (¿qué y quienes?) y, más en
concreto, formulaciones del título preliminar en las que muchos
ciudadanos, nada que ver con los nacionalismos, tampoco están de
acuerdo. (...)
La crítica secesionista centra sus comentarios en estos artículos:
1.2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan
los poderes del Estado. 2.1. La Constitución se fundamenta en la
indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de
todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de
las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre
todas ellas.
La cosa da para mucho (no me olvido de los orígenes
castrenses-Estado-Mayor de algunas de estas formulaciones) y aquí sólo
puedo señalar algunos apuntes. Estos por ejemplo:
1. ¿Cómo
formularía la soberanía una futura Constitución catalana si fuera el
caso? ¿No se apelaría al pueblo catalán del cual emanarían los poderes
de ese estado? ¿Reconocería la existencia de “nacionalidades y
regiones”, más allá de las comarcas? ¿No sería, por ejemplo, el “área
metropolitana de Barcelona” una entidad con sabor propio? ¿Se
reconocería su “singularidad”?
2. A mí no me gustan en 2.1 ni
Nación con mayúsculas, ni el tono de “indisoluble unidad”, ni siquiera
la apelación a la Patria. Pero
3. ¿Fue o no fue un avance la
introducción de la distinción entre nacionalidades y regiones, no pienso
ahora en la evolución posterior del conocido como “Estado de las
autonomías”, en la formulación del artículo constitucional?
4.
¿Qué formulaciones usan en este nudo países próximos como Francia e
Italia donde también existe, digamos, temas o asuntos nacionales?
5. Recuerdo una formulación de la Constitución de California:, a
rtículo III, sección I: “El Estado de California es parte inseparable de
los Estados Unidos de América y la Constitución de Estados Unidos es la
norma suprema en su territorio”. ¿ Observan grandes diferencias?
6. ¿Se trata de buscar formulaciones de convivencia común o se trata
de liarla para “demostrar” que no queda otra que la secesión, que a los
catalanes no se nos entiende y que nuestra Cataluña sería una variante
avanzada de Itaca una vez los españoles opresores nos dejaran solos y en
paz, pudiéndonos autogestionar a nuestro aire?
En síntesis:
los secesionistas catalanes, no digo todos, son contrarios a la
Constitución de 1978 porque otorga la soberanía al pueblo español y
porque considera a Cataluña una nacionalidad (una formulación
prácticamente equivalente de nación) sin derecho explícito de
autodeterminación.
Mirado como se quiera mirar, s ería lo
mismo exactamente que ellos defenderían en el caso de una Constitución
catalana con la diferencia de que la admisión de nacionalidades y
regiones desaparecería y no porque .Cat fuera una realidad más
homogénea. No lo es en absoluto.
La cuestión de fondo: ¿en qué
Cataluña piensan los secesionistas “radicales” cuando hablan de los
Países Catalanes y de una lengua y una cultura excluyendo de una tacada a
más del 50% de la ciudadanía de esos territorios unidos y desunidos por
una “historia” (existió la corona de Aragón pero no, pongamos por caso,
la Corona de los PP.CC) que tiene, como casi todas las historias de la
Historia, paisajes oscuros-muy-oscuros, ocupaciones y violencias no
excluidas?
En el fondo: liarla, hay que liarla, y generar una
respuesta que cause “movilizaciones sociales”, siendo conscientes, como
lo son, de que con ello dividen por la mitad (o más teniendo en cuenta
orígenes familiares y sentimientos) a las clases populares catalanas.
Pero no importa, la Patria, en este caso la catalana, exige cualquier
sacrificio… Como afirman los otros, desde otra perspectiva nacionalista.
Nada que ver, pero nada ver, con los valores básicos o no tan básicos
de las tradiciones emancipatorias, por más que digan y por mucho que
levanten el puño o se vistan con camisetas con consignas cañeras. (...)" (Salvador López Arnal , Rebelión, 03/12/16)
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