17/11/16

Silicon Valley se quiere independizar de Trump... pero la constitución estadounidense no lo permite

"(...)  Un ejemplo de desigualdad informativa respecto a la Constitución española de 1978 (que, por supuesto, no es un texto inmutable ni perfecto ni siquiera admisible en todo su articulado) . Constitución de California, artículo III, sección I:

“El Estado de California es parte inseparable de los Estados Unidos de América y la Constitución de Estados Unidos es la norma suprema en su territorio”.

Algunos ahora piden la rectificación del artículo e incluso la independencia californiana. En todo caso, lo señalado no parece muy distinto de lo que ocurre en el caso de otros países y otros territorios (España, que no está en minoría de uno, entre ellos) (...)"           (Salvador López Arnal , Rebelión, 26/11/16)

"(...) En el corazón de Silicon Valley, el núcleo prometeico de las nuevas teconologías, ha emergido un personaje peculiar, llamado Servin Pishevar, potente inversor en firmas de futuro como Uber o Hyperloop, que propone la celebración de un referéndum en 1019 para que California abandone los Estados Unidos. O sea, un Rufián en el epicentro tecnológico planetario.

“Yes California” se denomina el invento y pretende emular el Brexit británico para escindir a su adorado territorio del resto de la Unión. Hasta ahora, los únicos separatistas con pedigrí en los Estados Unidos eran los nacidos en Texas, el última estrella en incorporarse a la bandera estadounidense.

 Los tejanos pasan por ser xenófobos, trogloditas, cavernícolas y un poco cernícalos. Es decir, la cara opuesta de la glamurosa y vanguardista California. Pues bien. Donald Trump ha logrado la cabriola de emparejar a estos especímenes tan dispares. Otra paradoja más de la gran sorpresa del martes.

“Calexit” le llaman a su movimiento, que pretende emular el disparate de los británicos y montar un plebiscito para que California, sexta economía del planeta, con cien mil kilómetros cuadrados de superficie más que Italia, se convierta en un país independiente. 

Este Pishevar ya ha logrado reunir 400.000 firmas en dos días, de acuerdo con lo que informaba el diario ‘The Guardian’, y el ritmo crece y crece. Las firmas llegan desde todos los rincones de Estados Unidos, es decir, desde aquellos rincones en los que la victoria de Trump ha sentado como enchilada con ortigas.

Al igual que los correligionarios californianos de Rufián, han montado su propio plan de ‘desconexión’ en el que se incluyen cuestiones referidas a seguridad, comercio, educación, sanidad, medio ambiente, fiscalidad…Sólo les falta Guardiola y sor Lucía Caram para redondear el esperpento. 

No todos los abanderados de las empresas punteras en internet y telecomunicaciones se han sumado al dislate. Jeff Bezos, fundador de Amazon, o los magnates de Microsoft han reaccionado con democrática elegancia y le han dado la bienvenida, en tono cordial aunque algo frío, al futuro inquilino de la Casa Blanca.

La tormenta amainará, no habrá referéndum, ni ‘Calexit’ (que suena a remedio contra el estreñimiento’), ni desconexión, ni independencia. Seguramente, la feliz gente californiana se olvidará en unos días de ese singular Pishevar, que, movido quizás por su buena fe y sus menos racionales instintos, ha planteado una iniciativa imposible. 

Quemarán muchas fotografías de Trump pero no demasiadas banderas de los Estados Unidos. Y seguirán entonando el himno de la Unión cada vez que los Lakers salten a la cancha, pese a que figuras preponderantes, como LeBron James, hayan hecho campaña contra del candidato electo. (...)"             (José Alejandro Vara, Vox Populi, 13/11/16)

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