9/9/14

Sólo un 23% de ciudadanos se muestran partidarios de ignorar la sentencia del Tribunal Constitucional... una cosa es votar y otra muy distinta, hacerlo en una consulta ilegal.

"Recién llegada de Cataluña, a donde viajo a menudo a visitar a familiares, amigos y compañeros de carrera y profesión con quienes compartí mis primeros años de periodismo, he percibido reacciones muy contradictorias sobre los festejos nacionalistas y el clima en la calle ante la próxima Diada del 11 de setiembre. 

Nada que ver con el año pasado, cuando la movilización en torno a la cadena humana era tan palpable en el ambiente ciudadano que los agitadores de la iniciativa se permitieron presumir del movimiento «espontáneo» que logró desbordar al propio Artur Más, quien terminó colocándose a la cabeza de la manifestación. (...)

 El caso es que estos días se palpa un silencio espeso lleno de dudas. Quizá sea el preludio del rugido de la marabunta. Pero los promotores de cadenas, Diadas y consultas no ocultan su preocupación.

 Y, a diferencia del año pasado, tienen que ser ellos los que se coloquen frente a micrófonos y focos de televisiones para animar a la gente a participar en lo que están llamando la «Diada definitiva». Son muchos, dicen. Pero necesitan ser más.  (...)

Anna Simón, en un ataque de sinceridad, reconoció que en una eventual independencia los funcionarios y pensionistas, por ejemplo, tardarían en cobrar sus salarios. Funcionarios y pensionistas. Esos eslabones débiles del Estado del bienestar que vieron recortados sus derechos, incluso, cuando gobernaron ejecutivos socialistas, empiezan a oír las dificultades de convertirse en un Estado independiente.

Ya no se trata de permanecer dentro o fuera de la Unión Europea en el caso hipotético de que Cataluña se independizara. Se trata de satisfacer las necesidades más apremiantes. Los ahorros. Las pensiones. La atención sanitaria. La educación sin adoctrinamiento. (...)

Si bien es cierto que en Cataluña se detecta mayor pulsión independentista en la calle que en Euskadi, los sentimientos (que de eso se trata cuando se habla de proyectos soberanistas) no pueden saltarse la ley. Y las normas constitucionales, mientras no se reformen, siguen siendo las mismas. Que una cosa es ir a votar y otra muy distinta hacerlo en una consulta ilegal.

Las últimas encuestas detectan que sólo un 23% de ciudadanos se muestran partidarios de ignorar la sentencia del Tribunal Constitucional. Habrá muchos independentistas catalanes en la calle el 11 de setiembre. Seguramente. 

Pero muchos de sus seguidores se han ido quedando en el camino después de las trampas de quienes fueron durante tanto tiempo una referencia de estabilidad y un símbolo de compromiso institucional. Y después de las mentiras con que se ha gobernado Cataluña durante tantos años. Y eso duele. Decepciona. Indigna, aunque no se quiera reconocer públicamente. Y desactiva."            (TONIA ETXARRI, EL CORREO – 08/09/14, en Fundación para la Libertad)

No hay comentarios: