31/10/16

Unos decidieron matar... otros no... esa es la única cuestión

"(...) El historiador Gaizka Fernández Soldevilla explica de forma muy didáctica en La voluntad del gudari cómo el 7 de junio de 1968 Txabi Etxebarrieta decidió de forma “libre y voluntaria” asesinar al guardia civil José Pardines Arcay, que estaba tratando de comprobar la matrícula falsa de su Seat 850 Coupé. 

Aquel primer crimen fue a su vez el desenlace de toda una serie de decisiones anteriores que se justificaron apelando al franquismo, a Argelia, a Indochina, al proletariado, al euskera o a la batalla de Roncesvalles, pero en aquel escenario hubo otras muchas personas que se sintieron interpeladas por las mismas injusticias, idénticos ideales y parecidos agravios históricos —reales o ficticios—, y que sin embargo trataron de alcanzar sus aspiraciones sin utilizar la violencia y sin necesidad de matar a nadie.

Esa diferencia radical se hizo aún más manifiesta cuando llegaron la democracia, los partidos políticos, la Constitución y las autonomías: ETA prefirió volcarse entonces en la “acción” para postergar cualquier debate de carácter ideológico, como ha afirmado en alguna ocasión Florencio Domínguez. 

Aunque ya no hay vuelta atrás para tantas personas asesinadas, es preciso que los asesinos -y también quienes alentaron o justificaron sus fechorías- se enfrenten de verdad a sí mismos, a su pasado, a sus crímenes, por mucho que la mayoría siga prefiriendo no verlos, como admitía Ibon Etxezarreta.

Ese sí que podría ser el comienzo de una nueva etapa."             (Javier Marrodán, El Español, 20/10/16)

No hay comentarios: