"Anda el nacionalismo conservador desconcertado, indignado, lamiéndose
las heridas. Sus medios de comunicación afines profieren sonoras
descalificaciones contra la CUP y sus representantes. Ahora constatan
que no valió la pena entregar la cabeza de Artur Mas a unos anticapitalistas siempre insaciables para salvar un "procés" que ya dan por finiquitado en su fase actual. (...)
Para la intelectualidad nacionalista, que soñaba con la revolución
independentista de las sonrisas y las corbatas, un fantasma recorre de
nuevo Catalunya: el anarco-comunismo que amenaza también con requisarles
sus chalets en la Cerdanya.
"Definitivamente, en este país hemos
perdido el rumbo", exclamaba Josep Cuní en 8TV el mismo
día que los anticapitalistas presentaban su enmienda a la totalidad de
los presupuestos del Govern. El 'star system' soberanista, que vio en Mas el
líder natural hacia la secesión indolora, anda airado y reprocha a
JxSí, particularmente a los republicanos, una excesiva disposición a
arrodillarse ante las exigencias de la CUP. Las cuentas del 2016 pueden
ser la puntilla. (...)
Nuestros simpáticos antisistema, con su gran abanico de camisetas,
son el resultado de diversas generaciones educadas en la mezcla de
nacionalismo, hispanofobia y extrema izquierda. Como cualquier otro
populismo proponen una gran esperanza. En su caso, la independencia para
cambiarlo todo. El nacionalismo conservador los acunó, ya en tiempos
del pujolismo, y ahora se siente víctima de la 'batasunización' de
Catalunya.
El 'conseller' Santi Vila en su libro 'Un
moment fundacional' (2016), explica que el "procés" hubiera sido
impensable sin la crisis. La secesión fue el relato que CiU y Mas promovieron
para "generar un contexto de esperanza" con el objetivo de tapar la
cruda realidad de los recortes en sanidad, educación y políticas
sociales.
Los que llevan años diciendo que se van a saltar la ley
española, promueven la secesión y propugnan la desconexión, no pueden
sorprenderse ante el radicalismo de la CUP. Si legitimas un proceso de
insurrección civil e institucional que culmine en un golpe contra el
Estado de derecho y la democracia, no te puedes quejar de que tus
compañeros de viaje pretendan ir más allá, dar otra vuelta de tuerca y
hacer su revolución. El nacionalismo conservador recoge ahora las
tempestades que ha sembrado." (Joaquim Coll, El Periódico, 02/06/16)
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