3/6/16

En Madrit denuncian la colonización de los gallegos y andaluces que se asentaron en Vallecas... y que no quieren integrarse

"(...) Menos propicio al pitorreo resulta el pasaje del manifiesto koinita que alude a la inmigración castellanohablante como “instrument involuntari de colonització lingüística”. 

No hace falta la osadía epistemológica del abuelo Segismundo (Freud) para entender que semejante afirmación dinamita incluso la más tenue posibilidad de una concepción laica de la catalanidad, dejando bien clarito que la única concepción válida para los patriotas recalcitrantes pasa por ser nacionalista, sí o sí.

 ¿Pero no habíamos quedado en que el mensaje integrador de Paco Candel era el bueno y en que había sido admirable la defensa del catalán llevada a cabo por los obreros de lengua materna castellana? Presos de su fantasía febril y de sus preocupantes ansias de pureza, los miembros del Koiné harían bien en leer las páginas que el profesor Horacio Capel dedicó en su día al tema en cuestión, demostrando de manera impecable e implacable que el flujo migratorio aludido tuvo lugar por motivos de orden exclusivamente económico.

 Esperemos que, como efecto colateral del Manifest, en Madrit no surja mañana un movimiento políticamente fantasmagórico que denuncie la colonización involuntaria del parque del Retiro o de la Puerta del Sol por parte de los desheredados que, a mediados del siglo pasado, en lugar de ir a Barcelona o Bilbao a ganarse la vida y a producir una riqueza que no vieron ni en pintura se asentaron en Vallecas o en Simancas.

Aparte de ideológicamente perversa y repulsiva, la alusión colonizadora del Manifest es estúpida respecto a los intereses de sus impulsores en la medida que supone tirotearse los propios juanetes. Puesto que si el nacionalismo local ha podido conducir Cataluña hasta la situación presente ha sido en gran medida gracias a muchos de los hijos de aquellos “colonizadores” que hoy se han apuntado a la cofradía independentista por razones bien poco espirituales.

Más allá de deteriorar la imagen de la revolta dels somriures en favor de un mohín bucal crispado, cerril y venenoso, es obvio que el clamor koinita responde a la frustración e impaciencia de unos cuantos ante el viaje a ninguna parte en que se está convirtiendo El Procés

 Frustración e impaciencia, en suma, ante un panorama político delirantemente esquizofrénico en el que los líderes nacionalistas, por un lado, se reafirman en su voluntad de desconexión metafísica de España mientras que, por otro, envían a miembros de su govern a reuniones semiclandestinas en recoletas estancias de aeropuerto para pedir socorro a ministros del gabinete del que pretenden desvincularse para toda la eternidad. Si el mundo nos mira, como afirman algunos suspirando de dicha, seguro que lo hace estupefacto." 


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