"En Cataluña ganó la izquierda, pero esta vez los primeros no ha sido la
encarnada por el PSC, como siempre excepto en 2011, sino por la
reagrupada en torno a Podemos.
Es la segunda vez que la izquierda gana
en poco tiempo, y como que la primera fue en las municipales de mayo,
hace tan solo siete meses, el voto de ayer tiene un marcado carácter de
ratificación. Se ha certificado que la fórmula de En Comú Podem es buena (...)
También es, claramente, la ratificación de un nuevo liderazgo en
Cataluña, el de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, una figura potente
de la que, vista la capacidad de arrastre demostrada en las dos
elecciones en las que se ha implicado, cabe esperar mucho. Ella se alza
como la apuesta de futuro. (...)
Es inequívoco el castigo de los electores al partido de Artur Mas. Como
en el caso del PP, se hace difícil deslindar en un primer momento cuál
de los varios motivos de castigo es más relevante o ha pesado más en la
voluntad de los electores que han decidido abandonarle. ¿Las prácticas
fiscales de los Pujol, que han arruinado el crédito moral y político de
la antigua CiU? (...)
¿La aventura independentista y su insensato acercamiento a la
desobediencia civil predicada por la CUP? ¿O las consecuencias de su
entusiasta adhesión a las políticas neoliberales, a los recortes de
salarios, derechos laborales, servicios sociales, etcétera? (...)
Quienes pierden son los partidos gobernantes, pero no está claro cuál es
el futuro del nuevo mapa después de este terremoto electoral, el
segundo desde mayo. (...)" (
Enric Company
, El País, Barcelona
21 DIC 2015)
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