9/10/15

Cataluña recibe, en momentos de recesión, más de lo que envía al estado español. En estos años, el déficit fiscal no solo baja sino que desaparece y se convierte incluso en plusvalía

"(...) ¿Es el déficit fiscal la causa del déficit social de Cataluña?

El argumento más utilizado por personalidades provenientes del movimiento independentista, tales como el presidente Artur Mas de la Generalitat de Catalunya, el sr. Oriol Junqueras, presidente de ERC (Esquerra Republicana de Catalunya), y muchos otros portavoces de tal movimiento, es que el déficit fiscal entre lo que Cataluña envía en impuestos y cotizaciones sociales al Estado Central y los fondos que recibe de él (y que cuantifican en una cifra alrededor de 16.000 millones de euros al año, cantidad que equivale, más o menos a un 8% del PIB catalán) es la causa de la subfinanciación de su Estado del Bienestar. 

Es decir, el estado central se queda con tanto dinero que Cataluña no puede tener el Estado del Bienestar que se merece. De ahí que tales portavoces independentistas hablen frecuentemente en tono belicista del expolio de Cataluña por parte de España.

De esta interpretación del retraso social de Cataluña se deduce que su manera de resolver este enorme déficit de gasto público social sea consiguiendo la independencia para Cataluña, es decir la separación de Cataluña del estado español, argumentando, además (y a fin de reforzar su argumento), de que tal déficit fiscal es mucho mayor del que ocurre en otros países de semejante nivel de desarrollo económico. 

En realidad, se refieren a este déficit fiscal o “expolio” como el mayor existente hoy en el mundo desarrollado, dato que – tales autores subrayan – puede fácilmente demostrarse viendo las balanzas fiscales que los estados de tales países publican periódicamente.

Esta atribución del enorme déficit social de Cataluña al déficit fiscal existente entre esta Comunidad Autónoma y el Estado Español es ampliamente promovida en los mayores medios de información en Cataluña y, muy en especial, por los medios públicos de la Generalitat de Catalunya como TV3 y Catalunya Ràdio (ampliamente controlados por el partido gobernante de la Generalitat de Catalunya, CDC, Convergència Democràtica de Catalunya, y por su aliado ERC) y por la dirección de los mayores movimientos sociales independentistas tales como la ANC (Assemblea Nacional Catalana) y el Òmnium Cultural. 

Y como es de esperar, tal argumentación tiene una enorme capacidad de movilización popular, lo cual explica, en parte, las movilizaciones multitudinarias existentes a lo largo del territorio catalán en favor de la independencia. En realidad, es muy difícil para personas que cuestionan tales tesis tener acceso a los medios de comunicación públicos de la Generalitat de Catalunya.

¿Es el supuesto “expolio” tan grande como se presenta?

 En realidad, este énfasis en el argumento del expolio fiscal como causa del déficit social oculta el hecho de que la mayor causa del déficit social en Cataluña no es primordialmente el déficit fiscal – aceptando su existencia que debe corregirse – , sino el déficit de ingresos a la Generalitat de Catalunya, resultado de las políticas fiscales y tributarias y de las prioridades presupuestarias de las autoridades de la Generalitat de Catalunya (así como su tolerancia hacia el fraude fiscal), en colaboración y aliadas con las políticas públicas del estado español (que han ayudado a configurar), todo ello resultado del enorme dominio que las fuerzas conservadoras y neoliberales (que a nivel popular se conocen como las derechas) catalanas han tenido sobre las instituciones del gobierno de la Generalitat de Catalunya durante la mayoría (el 80%) del periodo parlamentario (1980-2015) en Cataluña, y su influencia en las Cortes Españolas, aliadas con los partidos gobernantes en el estado español, y muy en especial con los partidos de derechas de ámbito español, como ha ocurrido durante la mayoría de años de la Gran Recesión. 

Políticas fiscales y de gasto público seriamente regresivas han sido aprobadas primordialmente por las derechas catalanas no solo en el Parlament de Catalunya, sino también en las Cortes Españolas (en alianza con las derechas españolas), tesis que he mostrado detalladamente en otro artículo (“L’estat de la Catalunya social”, que se publicará el 4 de septiembre en el periódico catalán Crític). 

¿Cuán grande es el supuesto “expolio”? ¿De dónde vienen las cifras citadas por el Sr. Mas y el Sr. Junqueras?

El déficit fiscal es – según el método llamado “monetario” de calcularlo – la diferencia entre lo que Cataluña paga en ingresos y cotizaciones sociales al estado español y lo que recibe en todo tipo de transferencias y gastos. 

Así, en el año 2009, el flujo de dinero de Cataluña al estado español (en ingresos y cotizaciones) fue de 46.195 millones de euros, y el que fue en la otra dirección, del estado español a Cataluña, de 45.403 millones de euros. 

 El déficit fiscal fue pues, de 792 millones (46.195-45.403), una cantidad que es relativamente menor. Ahora bien, a esta cantidad habría que sumársele 15.618 millones, que corresponderían al 19% del déficit público de todo el estado (que era de 81.113 millones) que corresponderían a la parte catalana de tal déficit.

 El 19% eran, pues, 15.618 millones que Cataluña debía al estado español. De ahí que hubiera que sumar estos 15.618 millones a los 792 millones anteriores, apareciendo así los famosos 16.000 (16.410) millones de euros expoliados de Cataluña por parte del estado español.

Ahora bien, este número tiene problemas serios, como han mostrado Josep Borrell y Joan Llorach en su libro Las cuentas y los cuentos de la independencia (Editorial Catarata. 2015), del cual derivo gran parte de los datos presentados en este artículo. 

 Uno de ellos es que no incluye los servicios comunes que el estado español provee a Cataluña en territorio no catalán y que van desde la diplomacia a infraestructuras de transporte, el ejército y otros gastos que, según estimación del Sr. Mas, suman alrededor de 3.000 o 4.000 millones de euros y que deberían descontarse de estos 16.410 millones de euros. 

En realidad, es más que probable que el número real sea mucho mayor, tal como muestran Josep Borrell y Joan Llorach. (...)

La construcción del “supuesto expolio”

Pero el mayor problema con esta cifra es que no es representativa del déficit fiscal durante todo un ciclo económico. Los Sres. Mas y Junqueras han escogido el año en el que este déficit fiscal fue mayor en los últimos años, el año 2009. 

Pero el déficit fiscal – el balance entre el flujo de dinero hacia el estado procedente de Cataluña y en dirección opuesta – depende en gran parte del estado de la economía. 

Cuando la economía crece rápidamente (como durante los años de la burbuja inmobiliaria) los ingresos al estado central procedentes de Cataluña vía impuestos son, por lo general, mucho más elevados que en momentos de escaso crecimiento o de recesión. 

De ahí que frecuentemente el déficit fiscal en momentos de gran expansión sea mucho mayor, pues el flujo de dinero de Cataluña al estado central es mucho mayor durante la expansión que en circunstancias normales.

En cambio, en momentos de escaso crecimiento o incluso de recesión, los ingresos al estado central procedentes de Cataluña son menores, mientras que los gastos con fondos procedentes del estado central – sobre todo gastos sociales (como por ejemplo, en seguro de desempleo) – son más elevados. 

De ahí que, en estos años, el déficit fiscal no solo baje sino que desaparezca y se convierta incluso en plusvalía. Cataluña recibe, en momentos de recesión, más de lo que envía al estado español. De ahí la importancia de no centrarse solo en un año sino en un periodo más largo. Así, por ejemplo, si cogemos el promedio del déficit fiscal durante todo el periodo 2005-2010, veremos que no es el 8% del PIB sino el 5’7% del PIB. 

En realidad, esta cifra es incluso mucho menor, pues en el cálculo del déficit fiscal no se han incluido los gastos del estado que benefician a Cataluña pero que no están físicamente en Cataluña y que Cataluña tendría que realizar si fuera independiente. El déficit fiscal es, pues, mucho menor de lo que el Sr.

 Mas y el Sr. Junqueras muestran. En realidad, según la última cifra, la propia Generalitat de Catalunya ha calculado que el déficit fiscal para este año 2015 será equivalente a un 1,5% del PIB, o sea 3.000 millones, que es una cifra, repito, mucho menor que el déficit social, que es de 19.000 millones.

¿Es este supuesto “expolio” el mayor existente en el mundo?

Para contestar a esta pregunta debemos mirar qué pasa en otros países. Y lo primero que hay que señalar es que, en contra de lo que dicen los señores Mas y Junqueras, no hay estado en el mundo que publique tales balances fiscales, es decir, que ni el estado federal de EE.UU., ni el estado federal alemán (por citar dos de los casos que utilizan más frecuentemente estas dos personalidades) publican los balances fiscales. 

No estoy indicando ni que debieran hacerlo o no debieran hacerlo. Estoy solo constatando que lo que dicen tales señores no es cierto. Lo cual no quiere decir que estén mintiendo, sino que están pésimamente informados.

 Y la bien conocida falta de actitud crítica de los medios de información de Cataluña explica que estos errores se reproduzcan y multipliquen. Merece especial aplauso el diario ARA, que fue de los pocos rotativos que les corrigieron. El corresponsal en Berlín de tal diario señaló que, en contra de lo que tales señores decían, el gobierno alemán no publicaba tal información.

Gobiernos regionales o estados en países federales, o instituciones privadas o centros académicos, publican de vez en cuando estudios específicos de los balances fiscales. Y por cierto, en uno de estos estudios de la Tax Foundation de EE.UU. (una fundación privada), los déficits fiscales de muchos estados, en EE.UU., eran mucho mayores que el citado por los señores Mas y Junqueras para Cataluña, supuestamente -según ellos – “el mayor del mundo”. 

Y en el estudio italiano Fiscal Federalism in Italy, publicado por la presidencia del Véneto, los déficits fiscales eran del 11’5% en Lombardía, 10’3% en Véneto, 10’1% en Emilia Romagna, 8’1% en Cataluña y 7’6% en Estocolmo, Suecia. (...)

Ni qué decir tiene que, como consecuencia del compromiso redistributivo del estado, las regiones más ricas deben aportar al conjunto del estado más que el promedio de todas CCAA. Hay, por lo tanto, un componente de tal déficit fiscal que debería considerarse lógico, aceptable y razonable por parte de aquella población que se considera parte de España. 

Pero lo que es motivo de discusión es el criterio que sigue tal distribución. Y en España, tal criterio es excesivamente opaco, arbitrario, y fuente de continuos conflictos y tensiones. En realidad, el estado español es muy poco redistributivo (lo cual ocurre también e incluso con mayor intensidad, en la Generalitat de Catalunya dentro de Cataluña). 

Como consecuencia, Cataluña y España están entre las entidades más desiguales existentes hoy en el mundo capitalista desarrollado. La evidencia de ello es clara y contundente. (...)"             

(Artículo publicado por Vicenç Navarro que se publicará mañana, 4 de septiembre de 2015, en la columna “Dominio Público” en el diario PÚBLICO, en www.vnavarro.org, 03/09/2015)

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