"No voy a entrar en el debate agresivo y emocional que muchos
provocan. Solo me pregunto… ¿Si las balanzas fiscales son tan amplias y
la solvencia de Cataluña independiente es tan evidente, por qué no lo
reconocen las agencias de rating y los inversores?
El bono de Cataluña es bono basura,
como el de otras comunidades españolas, según Standard & Poor´s.
Podrá usted decir que es “porque España les roba”. Pero ninguna agencia
de calificación, sea Moody´s, la citada S&P, o Fitch, le concede la
más mínima ventaja a la independencia. Ninguno dice algo como “si se
independizan serán Investment Grade”. Dicen lo contrario, y explícitamente. Sin el apoyo del Estado central el riesgo es mayor.
Voy a intentar explicar dos conceptos en el mercado de bonos que
muchos no tienen –o no quieren tener- en cuenta. El “evento de crédito” y
“riesgo de subyacente”. Vamos con los argumentos del independentismo:
"… Lo que digan las agencias no importa porque están influenciadas por el Gobierno español y no tienen credibilidad"
Supongamos
que fuera así. Que Moody´s, Standard & Poor´s, Fitch, Merkel, los
bancos de inversión, Cameron y Hollande están todos “secuestrados” por el Gobierno central –que por otra parte jamás ha podido influirles en las opiniones negativas sobre España, vaya por Dios-. (...)
… Pero la deuda catalana está garantizada por el Estado español, y si queremos no la pagamos.
Bienvenido
a un “evento de crédito”. Suponga que un país le debe toda su deuda a
una sola nación. Con hacer impago, todos contentos y nos financiaremos
como reyes, ¿no? No es así. El riesgo no se reduce, se multiplica.
Porque la fiabilidad como deudor se destruye. No solo no te financias más barato. Es más difícil acceder a los mercados. (...)
Todas las secesiones en la historia económica moderna han visto una caída del PIB muy relevante,
y con suerte, una recuperación a medio plazo en V. Y en su enorme
mayoría han sido países ricos en materias primas y que han devaluado su
moneda brutalmente. Las pensiones y gasto social se cercenan en términos
reales mientras se estabiliza la economía.
… Las balanzas fiscales son enormes.
Las
balanzas fiscales no son un concepto de caja. En el día uno de la
independencia Cataluña no cuenta con 9.000 millones –o los que quieran
calcular, puesto que la cifra tan comentada es solo una estimación-.
Entre otras cosas porque los ingresos fiscales que estiman que son
“catalanes” pero que pagan las empresas en impuestos nacionales no
entrarían en la caja, y eso antes de pensar en “Inversion Deals”
(empresas catalanas que se establezcan como sede central en otra parte o
compren empresas fuera para usar la adquirida como sede central).
En el
mejor de los casos, y sin contar los costes de la independencia de
4.500 millones de euros, Cataluña sería un estado deficitario en un 10%
de sus ingresos. La cifra de costes es la calculada por el Consejo de
Transición Nacional, no por mí, y es a todas luces muy baja considerando
los costes que no incluyen, entre ellos, aparte de la pertenencia a la
OTAN, los de financiarse a mayor tipo (los bonos de la nueva Cataluña no
se beneficiarían del “efecto Draghi”).
Adicionalmente, el propio Consejo de Transición Nacional reconoce que
el Estado catalán deberá financiarse con bonos patrióticos y “bonos
canjeables por impuestos” futuros.
Bienvenidos al riesgo de
subyacente. Un bono cuyo subyacente está soportado por unos ingresos
desconocidos y futuros cuando no existe ni marco normativo ni impositivo
claro y predecible. ¡Y cuyo principal no se garantiza si no se dan esos
ingresos!
… Pero los bancos catalanes están cubiertos por el BCE.
Supongamos
que sí –y es más que probable que tuvieran que pedir una nueva ficha al
BCE o, si se establecerían como bancos “no catalanes” en otra plaza,
supondrían en cualquier caso otra pérdida de ingresos fiscales para
Cataluña-. Los bonos emitidos por “el nuevo estado”, si los coloca, no tendrían el apoyo del BCE ni
serían parte del programa de recompras (QE).
Por lo tanto, en el
balance de los bancos esos bonos serían de alto riesgo y, sin garantía
del estado central o del BCE, la prima sería, cuando menos, muy alta. Y
las cantidades emitidas, por definición, muy pequeñas por no decir
inexistentes, durante años, como se ha visto en todos los casos
similares. En todos.
… Las pensiones las sostiene la deuda pública.
No existe sistema de pensiones regional. Es
nacional, de reparto y la caja de las pensiones y la seguridad social
están invertidas en un 90% en deuda pública estatal. Un ciudadano que
piense que forzando un evento de crédito en España se garantizan las
pensiones en Badalona simplemente sueña.
… Pero tendrán que aceptarlo.
Vale,
señor Lacalle, todo esto puede ser cierto, pero como somos una economía
muy importante, la UE, las agencias, los inversores y el mundo tendrán
que plegarse a lo que queramos, cuando queramos, como lo queramos. Vaya
por Dios (...)" (Daniel Lacalle, El Confidencial, 16.09.2015)
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