"Dice Mas que escucha a Pablo Iglesias y que le suena “a Aznar”, a
“extrema derecha”. Los de la CUP acusan a Iglesias de “etnicismo” por
decir algo tan evidente como que los del “extrarradio” (los de abajo),
no piensan lo mismo que los de arriba (pongamos Pedralbes).
Tienen bemoles esas fotos –y los hechos– en las que un liberal,
derechista; un presunto corrupto y privatizador de lo público, pijo por
más señas, Artur Mas, habla en régimen de confidencia cómplice con
alguien que dice ser de izquierdas, que no es corrupto, sedicente
defensor de lo público, David Fernández (CUP).
Alguien que no le da la mano a un obrero ni con guante, elitista por
cuna y vocación, del cogollo oligárquico, haciendo migas políticas con
alguien que se reclama hijo de destripaterrones de Zamora y orgulloso
miembro del pueblo.
Un liberal trajeado en régimen de uniforme desde que hizo la primera
comunión, que no dice la verdad al tratar de encubrir la corrupción de
su partido –que es la suya propia–, atacando al unísono a Iglesias con
una persona de izquierda, en camiseta, que le enseña la sandalia a otro
presunto corrupto liberal y derechista, Rodrigo Rato, cuando este miente
también en el Parlament.
Esta mezcla de derecha pura, que ha defenestrado la sanidad pública y
ha metido presuntamente la mano en la caja, con una izquierda que, por
definición, no debería ser nacionalista, que, por ahora, es honrada y
cree que lo público es mejor que lo privado; esta coincidencia en los
ataques a Pablo Iglesias, al que vienen a llamar nacionalista español
los dos, es uno de los elementos que habla de la perversión del clima
político que se ha creado en Cataluña. De la perversión del clima y del
miedo a perder los votos y las elecciones. (...)
Es Artur Mas uno de esos personajes que hubiera vivido sin problemas
bajo la dictadura franquista, que hubiera seguido haciendo negocios y no
hubiera movido un dedo frente a ella, al lado de un Romeva que viene de
la tradición política del PSUC, el partido que más luchó contra la
dictadura franquista en Cataluña. (...)
Hay que tener una versión muy perversa de la política, de la realidad;
tener mucho miedo a perder las elecciones para, como hace Mas, decir que
Pablo Iglesias le suena “a Aznar”, “a extrema derecha”. Hace falta
estar muy embotado en ese clima caudillista, nacionalista, para acusar a
Iglesias de “etnicista”, como hace David Fernández." (José María Calleja
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