24/9/15

¿Por qué trampea Artur Mas? Un diputado en Barcelona necesita 48.000 sufragios; en Tarragona y Girona, 30.000 y en Lleida, de 20.000... así no vale un plebiscito

"(...) ¿por qué trampea Artur Mas?, ¿por qué no asume con todas las consecuencias ese carácter plebiscitario del 27-S y establece la línea del éxito o del fracaso en la mayoría absoluta de votos populares en vez de en la de escaños?(...)

 Digo que el president de la Generalitat trampea. Efectivamente: el coste de cada diputado es muy dispar según qué circunscripción. En Barcelona es de 48.000 sufragios; en Tarragona y Girona, de 30.000 y en Lleida, de 20.000.

 Es evidente la infrarrepresentación de Barcelona que es la provincia con menor penetración independentista. Mas está jugando con un ventajismo que deslegitima sus pasos posteriores si son los que se pretenden en su hoja de ruta y una razonable negociación. (...)

Lo más grave, sin embargo, es la incoherencia de Artur Mas. Tengo ante mí, mientras redacto estas líneas, la página 16 del diario El País de 25 de septiembre del 2010. Ha llovido mucho, desde luego, pero no tanto como para que al president de la Generalitat se le haya podido olvidar.

 El titular a cuatro columnas y entrecomillado era del siguiente tenor literal: “El derecho a decidir lo tendrían que apoyar más del 60% de los catalanes”. En el cuerpo de la entrevista, el presindent es todavía más explícito: “El futuro de Cataluña para ir bien, para que sea un futuro claro, tendría que ir a mayorías superiores a un 60%”. 

La hemeroteca juega estas malas pasadas –o buenas, según se vea– que retratan a los políticos y sus incoherencias. Porque si Artur Mas estimaba hace cinco años que para que Catalunya tuviera un futuro claro eran necesarias mayorías “superiores al 60%”, ¿qué es lo que ha cambiado para que ahora no estén indicadas esas mayorías como entonces?

Se aducirá que el 27-S no es un referéndum. Cierto. Un referéndum es un plebiscito, un sí o un no. Y como lo es ¿por qué Junts pel Sí lo asume como tal pero lo interpreta en sus resultados como unas elecciones ordinarias? 
El planteamiento carece de lógica y, de mantenerse como parece, afectará muy seriamente a la legitimidad –concepto enlazado con la legalidad pero que lo supera– de la política catalana próxima si las listas independentistas obtienen una victoria por mayoría absoluta de escaños pero no en voto popular.(...)"               (Las mayorias y el 27-S, de José Antonio Zarzalejos, La Vanguardia, en Caffe Reggio, 20/09/2015)

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