"(...) La necesidad de la independencia.
En pocas
palabras, el argumento es el siguiente: España ni se va a descentralizar
ni se va a reformar nunca, porque no le interesa al votante mediano
español.
Como los catalanes representan solo el 16% de la población del
Estado, nunca podrán cambiar la situación actual. Por lo tanto, la
independencia es necesaria.
El problema es que con razonamientos como
este no funcionaría ninguna democracia. Por ejemplo, ¿qué pasaría si los
barceloneses discreparan del votante mediano catalán?
Una democracia que ignore sistemáticamente a alguna de sus minorías
relevantes no es estable, pero tampoco lo es una democracia cuyas
minorías relevantes actúen con sistemática deslealtad.
Desafortunadamente, en el origen del conflicto entre España y Cataluña
hay gérmenes de estos dos problemas. (...)" (
Ramon Marimon /
Javier Díaz-Giménez /
Juan F. Rubio Ramirez /
Sevi Rodríguez Mora
, El País, 26 SEP 2015)
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